Hay coches que marcaron una época y el ‘culo gordo’ de Renault es uno de ellos. Tanto el R5 Turbo como el R5 Turbo 2 son un icono de los rallyes, de los pequeños deportivos y de los años 80, en general. Ahora, Renault rinde homenaje a este modelo con el R5 Turbo 3E.
La marca del rombo ha reinterpretado la fórmula del ‘culo gordo’ original para llevarlo hasta nuestros días y la E de su apellido deja claro por dónde van los tiros: es completamente eléctrico.
Un Grupo B moderno y en clave eléctrica
Aunque es un prototipo que no llegará a producción, estamos ante el sucesor de los míticos R5 Turbo y R5 Turbo 2. De hecho, que se llame R5 Turbo 3E no es casualidad; Renault ha querido dejar claro que es el tercer miembro de esta explosiva saga y lo cierto es que su diseño respeta los trazos maestros de sus antecesores, a pesar de que sus entrañas no tengan nada que ver.
Desde que terminó la producción del R5 Turbo 2 en 1986, son muchos los que han pedido a Renault que lo resucite de alguna manera. El Renault Clio V6 fue la respuesta de la compañía gala y ahora lo vuelve a hacer con el R5 Turbo 3E, aunque hay empresas externas que se han adelantado a Renault.
Puede a los más puristas no les convenza que sea un coche de cero emisiones, pero promete ser incluso más bestia que sus abuelos. Mientras que ellos se conformaban con un motor 1.4 de cuatro cilindros y 160 CV ubicado en la parte trasera, el R5 Turbo R3 reserva la zona posterior de su habitáculo para alojar dos motores eléctricos que producen una potencia conjunta de 380 CV y un par máximo de 700 Nm.
Cada uno de ellos se encarga de mover una de las ruedas traseras y la energía viene de una batería de 42 kWh de capacidad situada en la parte inferior del chasis, entre los dos ejes. Por su parte, el chasis es tubular y se combina con una jaula de seguridad en el interior homologada por la FIA.
Por fuera recuerda mucho a los R5 Turbo de los años 80, aunque es todavía más ancho y tiene un diseño más salvaje gracias al enorme alerón trasero, que parece sacado de un coche del Pikes Peak. También tiene unas entradas de aire situadas en las aletas traseras que se inspiran en las del T5 Turbo y sirven para refrigerar los motores y la batería.
La tapa que oculta el enchufe para recargar su batería hace otro guiño a su familiar ochentero. Su diseño recuerda a la toma de ventilación del modelo original. Y no faltan los antiniebla del frontal, aunque esta vez con tecnología led.
Casi todos los paneles exteriores están fabricados en fibra de carbono y las ventanas son de plexiglás, también para ahorrar peso. Gracias a ello, pesa 980 kg, es decir, prácticamente lo mismo que el R5 Turbo 2 (970 kg), pero tiene trampa.
En la nota de prensa, Renault señala que el R5 Turbo 3E pesa 980 kg y añade entre paréntesis que la batería suma otros 520 kg, por lo que el peso real del conjunto es de 1.500 kg.
Es bastante más pesado que sus familiares, pero también más rápido. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 200 km/h. El R5 Turbo 2 necesitaba 6,9 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado, prácticamente el doble.
En cualquier caso, el R5 Turbo 3E no ha nacido para destrozar el cronómetro, sino para driftear. No sabemos si el responsable de esta idea es Jean Ragnotti, el piloto francés que acostumbra a hacer trompos en las exhibiciones cuando saca al R5 Maxi Turbo de rallyes a pasear.
Si Ragnotti se anima conducir el R5 Turbo 3E en algún evento seguro que lo tiene más fácil. Simplemente tendrá que activar el modo Drift, al que Renault ha denominado Turbo y tirar del gigantesco freno de mano hidráulico.
Este show car también tiene un programa específico para hacer derrapes de 360 grados y se llama donut. El tercero de los modos de conducción es el track invader, enfocado a ofrecer el máximo rendimiento en circuito.
De momento, no hay fecha para verlo en acción, pero el R5 Turbo 3E se podrá ver este mismo fin de semana en el concurso de elegancia Chantilly Arts & Elegance, a pocos kilómetros de París.
El mes que viene también ocupará un lugar especial en el stand de Renault en el Salón del Automóvil de París, donde también estará el R5 Prototype que adelanta el diseño del nuevo R5 eléctrico.
Renault asegura que es un coche completamente funcional, incluso está equipado con varios soportes de cámaras para grabar sus cruzadas desde cualquier ángulo. También son operativas las 12 pantallas digitales de su interior que rinden tributo a los 12 relojes que incorporaba el R5 Turbo original.
Y lo mismo sucede con los asientos de tipo baquet firmados por Sabelt. Se llaman Carbon Fiber Racing Seat y están diseñados para que el piloto no se mueva ni un milímetro, con la ayuda de los arneses de seguridad anclados al chasis.
Gilles Vidal, Director de Diseño de Renaul ha dicho: “R5 Turbo 3E combina un diseño ultratecnológico y exuberante con numerosas referencias a la competición y los videojuegos. Esta combinación impulsa al show-car hacia la modernidad y la tecnología, en la frontera entre lo real y lo virtual. Este "drifter" puramente eléctrico demuestra que los coches eléctricos también pueden ser divertidos con unas prestaciones increíbles”.
Más allá de lo funcional, el R5 Turbo 3E es un homenaje a la estética de los años 80, tanto por dentro como por fuera. Sus colores inspirados en el mundo funky, el tartán de los paneles de las puertas, el salpicadero y los asientos, los gráficos tipo Pixel de las pantallas, todo recuerda a esa época.
Lo malo es que nadie lo podrá comprar, aunque Renault ofrecerá una colección de NFT relacionadas con el vehículo y ha colaborado con la firma de moda La Fameuse para crear una colección de prendas deportivas inspiradas en el coche.