¿Lincoln haciendo coches dentro del segmento de los compactos? Pues sí, eso es lo que han presentado en el Salón de Detroit, el prototipo Lincoln C Concept, su apuesta dentro de los vehículos del segmento C y que muestra los futuros genes de la marca.
Esta nueva estrategia de mercado se debe a que actualmente, los jóvenes estamos acostumbrados al concepto de objetos de gran calidad pero de tamaño reducido. Los ejemplos que ponen se centran en la telefonía móvil, los reproductores MP3 como el iPod o los portátiles. Y no les falta razón.
Aplicando esto al mercado automovilístico han creado el Lincoln C Concept, un coche de tamaño compacto pero que no sacrifica por ello la calidad de sus hermanos mayores, siendo además más eficiente, manejable y con un diseño atractivo para el público a quien va dirigido. Repito, no les falta razón, aunque no se puede decir que estén revolucionando el mercado.
Se ha diseñado y construido pensando en la maniobrabilidad. La casi ausencia de voladizos delantero y trasero, con los ejes casi en el límite de la carrocería, le dan un aspecto de kart, muy al estilo del Mini, pero con genes americanos.
El frontal el claramente Lincoln, con esa enorme parrilla dividida en dos con bandas cromadas que la cruzan de arriba a abajo. Los grupos ópticos se fusionan con el diseño de la parrilla y son de tecnología LED, como los traseros. La fluidez de líneas del frontal se prolonga hasta el capó y los pasos de rueda, dejando un conjunto muy simple a la vez que elegante.
El lateral muestra una marca cintura, que recorre al Lincoln C Concept de punta a punta. Esto, unido a su bajo perfil y el posición de las ruedas, le da un aspecto más dinámico en la vista lateral. A ello también ayuda las llantas de gran diámetro y los neumáticos de perfil bajo.
Quizá la parte trasera sea su parte más controvertida. El techo desemboca en unos pilares muy anchos, como marcan las últimas tendencias en el segmento, formando con el portón trasero un diminuto tercer volumen. Unas formas que recuerdan inevitablemente al Seat Toledo.
Un inmenso grupo óptico trasero cruza la zaga de lado a lado, centrado con la única salida de escape. Aqui, los indicadores de dirección ocupan todo el conjunto. En lugar de encenderse de la forma normal, son secuenciales y van desde el centro hasta el exterior.
El techo, completamente de cristal permite mayor luminosidad al exterior y aporta una sensación mayor de habitabilidad y espacio. Los retrovisores son meros recuerdos del pasado, ya que en lugar de espejos cuentan con cámaras de visión trasera y detectores de movimiento para evitar ángulos muertos. Los intermitentes laterales, también de LED, se integran en la carcasa.
El interior, como suele pasar en este tipo de prototipos, es de lo más futurista. El blanco domina todo el habitáculo, desde el suelo al techo, pasando por los ergonómicos asientos, tanto delanteros como traseros. Una combinación de cuero y madera reciclada, con toques de cromados y aluminio hacen el resto.
El salpicadero es minimalista, presentando lo justo y necesario tanto para el conductor como para el pasajero. Es simétrico y sus pantallas, dependiendo del lado en el que estén, muestran un tipo de información. Para el conductor, el cuadro de mandos y para el acompañante, el sistema multimedia. La central hace las veces de retrovisor.
Entre las soluciones que aporta su interior al Lincoln C Concept están los reposacabezas activos que se ocultan automáticamente. Si el asiento no está ocupado, se integran con el respaldo para permitir una mejor visión hacia atrás al conductor.
Destaca también el volante, con una barra de dirección excéntrica y el “centro” del mismo en posición fija, como en el Citroën C4. No se si será más cómodo de esta forma o no, pero lo que sí está claro es que aporta una mejor visión al cuadro de mandos y salpicadero que cualquier volante normal.
Como curiosidad, junto al retrovisor interior hay una webcam que se orienta tanto hacía el conductor como el pasajero, para las videoconferencias vía Internet.
El motor que mueve a este prototipo es un Ford EcoBoost 1.6 con un consumo medio homologado de 5,5 L/100 km, aún teniendo una potencia máxima de 180 CV con un par máximo de 244 Nm.
La transmisión asociada es la nueva PowerShift de Ford. Un cambio manual de seis velocidades de cárter seco y doble embrague. Este cambio ofrece eficiencia al motor y diversión al conductor.
Os dejo con el vídeo de su presentación en el Salón de Detroit.
Fuente | Lincoln
En MotorPasion | Lincoln MKT, el coche que viene de la basura