Nunca te comprarías un coche transparente
El color es quizá, tras la marca y el modelo, una de las decisiones más importantes a la hora de comprar un coche. Se trata de una elección que atiende a nuestros gustos, o a los de la parienta, y que es casi definitiva, ya que habitualmente no repintamos el coche durante su vida útil, aunque podríamos hacerlo. Total, que siempre eliges un color, y nunca es transparente.
Durante los últimos años, el color más popular a nivel mundial es precisamente el blanco. En Europa, por ejemplo, uno de cada tres coches vendidos en 2014 era de color blanco. Y en nuestro país la cosa no es muy diferente, ya que el blanco tiene una penetración del 28%. El gris (18%) y el plata (11%), completan el podio.
Además, también se ve un claro aumento este último año de los llamados colores naturales, que suponen un 14% de las ventas en 2014 en nuestro mercado. Estos son el beige, tonos cobrizos, el oro, el amarillo, el marrón o el naranja, que juntos suponen ya un 12% de las ventas en Europa, adelantando al color plata, que durante los últimos años ha perdido siete puntos porcentuales.
El negro, por su parte, en España apenas supone un 4% de las ventas (especialmente en berlinas y coches de lujo), mientras que el color azul asciende a un 6%, el rojo a un 5% y el verde a un 2% del total. Según la propia Faconauto, mientras que en otros países como Alemania hay gran presencia de tonos púrpura o magenta, aquí son prácticamente inexistentes.
Por segmentos, resulta curioso que los compactos sean los que más se pintan de color rojo (10%) o azul (7%), los coches de lujo los más negros (un 50% aproximadamente), mientras los clientes de modelos SUV se decantan más por colores naturales, es decir, cobrizos, beiges, naranjas o marrones (hasta el 16%).
Si bien muchas veces nos vemos cohibidos por el entorno, o por el miedo a críticas o a posibles daños en el coche (que en este país somos así de impresentables y envidiosos), hay algunos tipos de vehículos, como los deportivos o los de alta gama, en los que sí damos rienda suelta a nuestras preferencias y optamos por colores vivos y llamativos, que jamás veríamos en una berlina o un compacto. Curiosamente, los pequeños utilitarios de ciudad también ofrecen este tipo de colores, por aquello de la diferenciación.
Eso sí, ya sabemos que las cosas no han sido siempre así, tal y como os contamos hace meses, en este artículo que os recomiendo sobre las tendencias por décadas en cuanto a los colores de los vehículos. Muy, muy interesante.
¿Color y carácter?
A estas alturas sabemos ya que el color de nuestro coche no influye en la prima del seguro, así que tenemos libertad para elegir el color que realmente nos guste, sin que esto suponga un sobrecoste (más allá del que pueda cobrar el fabricante por una pintura metalizada o especial, si es el caso). Ahora bien, lo que sí influye en la elección del color es nuestro carácter, o eso dicen algunos estudios.
Históricamente se han asociado los diferentes colores a distintas emociones (verde esperanza, rojo pasión, etc...), pero... ¿también al carácter? Según un estudio realizado por Arval, compañía de renting y alquiler de vehículos, el color de nuestro coche da muchas pistas sobre nuestra forma de ser.
Por ejemplo, los dueños de un coche blanco tienen más posibilidades de ocupar un alto cargo en una empresa, mientras que los que conducen un coche negro son personas que se consideran a sí mismos inteligentes y creativos. Si conduces un coche azul tienes posibilidades de saber escuchar y ser más empático, mientras que los de coche verde tienen un perfil más introvertido.
Por último, el color plata indica estabilidad emocional, mientras que los conductores de vehículos grises son los más felices y los de coches rojos son introvertidos e impulsivos. Sea como fuere, no, nunca nos compraríamos un coche transparente, que esto de los colores da mucho juego y hay que dar un toque de alegría a nuestra vida.
Fuentes | Faconauto y Arval
