El tema de la calidad de los carburantes da para escribir un libro por mucho que las petroleras nos vendan en sus anuncios las fabulosas cualidades de su producto y el esmero con el que se trata. Y no estoy diciendo que el producto sea malo, hay muchísimo trabajo e investigación para mejorar las cualidades de los carburantes, el problema se encuentra en la distribución y almacenamiento.
Por desgracia no es como en los anuncios y podría contarte historias para no dormir, pero esto último me ha dejado ya totalmente descolocado: el gasoil se puede contaminar por la aparición de bacterias, mohos y/o levaduras. ¿Y esto a qué se debe? Resulta que con la prohibición del azufre y la obligación de incluir un porcentaje de biodiésel en el gasoil se crea un caldo de cultivo para estos microorganismos.
A esto hay que sumarle que el agua ayuda a la aparición de estos bichitos y el agua no sólo es uno de los componentes del gasoil, suma la condensación generada en los depósitos de almacenaje. A consecuencia de esta contaminación el gasoil (A,B o C, no se libra nadie) altera sus propiedades y empeora su combustión, el arranque en frío, aumenta el desgaste del motor, retrasa la ignición y emite más CO2.
La solución es doble, por un lado habría que incorporar un biocida al gasoil para eliminar los microorganismos y, ya puestos, un aditivo para mejorar las prestaciones del gasoil y evitar averías (en los vehículos y en las mismas gasolineras). Hay gasóleos aditivados, pero Gasóleos DEGAS comercializa un aditivo más económico y también un biocida, pero para uso al por mayor, es decir, para las gasolineras. Imagino que en las suyas propias sí lo utilizaran.