El título suena un poco a castigo pero no es del todo así. Sí que se ha castigado a Tara Monroe retirándole el carné de conducir por negarse a hacer una prueba de alcoholemia, pero nadie le ha dicho que vaya por ahí con el coche de la Barbie, eso es cosa suya.
Y es que esta estudiante de ingeniería industrial se niega a ir todos los días a la facultad andando o en bicicleta, así que le compró a una niña su Jeep eléctrico de la Barbie para tener un medio de transporte motorizado y exento de la obligatoriedad de poseer un permiso de conducción. Suena muy a cachondeo pero para cabezota ella, que se ha convertido en un fenómeno de las redes sociales.
Tara Monroe no reivindica nada y tampoco es que tenga problemas de movilidad ni sea tan sumamente comodona como para tener que ir sentada a la facultad. Simplemente es cuestión de humor, una idea de esas que se te pasan por la cabeza (bueno, a ti posiblemente no y a mucha gente tampoco) y llevas a cabo sin importarte lo que piensen los demás.
Hay un dato curioso más respecto a esta historia que nos ha apuntado hábilmente Ibáñez entre bastidores cuando hemos visto la noticia, si con un coche de juguete es capaz de ir a la universidad y volver, ¿qué no será capaz con un coche eléctrico de verdad? Muy cierto y una prueba más de que los coches eléctricos tienen más limitaciones psicológicas que reales.
Vía | El Comercio
Fotos | Twitter @clary