Tenemos más coches eléctricos y más puntos de recarga públicos que antes. Sí, sabemos que no son suficientes para quitarnos esa ansiedad por la autonomía y que brillan por su ausencia en la España vaciada, pero en dos años han pasado de 13.300 a 30.350.
¿El problema? Que apenas los usamos. El último Anuario de la Movilidad Eléctrica de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica de España y Portugal (AEDIVE) señala que solo los usamos un 6 % del tiempo.
El 2023 se matricularon 54.421 automóviles 100 % eléctricos, con Madrid tirando del carro en cuanto a ventas. También es la segunda comunidad con mayor número de puntos de recarga de acceso público, superada por Cataluña. De los 30.350 puntos de recarga de acceso público, los lentos (22 kW) son los mayoritarios, seguidos de los rápidos (22 a 50 kW) y de los ultrarrápidos, aún minoría. En todo caso, los tres tipos de cargadores han crecido respecto a 2022.
Los lentos son también lo más económicos, obviamente, y su precio medio en 2023 fue de 0 a 0,5 euros por kWh. En el caso de los rápidos esta cifra va de 0,25 a 0,5 euros por kWh, mientras que los ultrarrápidos cuestan entre 0,36 euros a 0,69 euros por kWh.
Según AEDIVE, la expansión de esta infraestructura (8.777 nuevos puntos en 2023 y una inversión de 330 millones de euros) "está muy por encima de las necesidades del parque de vehículos eléctricos actual" y "hay infraestructura de recarga suficiente para viajar por España". Lo cierto es que con un ratio de 4,5 % en cuanto a puntos de carga por número de coches eléctricos, superamos a países como Estados Unidos (4,4 %), Suecia (4 %) o Alemania (3,1 %). China, en comparación, tiene un ratio de 13,9 %.
El problema es dónde están ubicados. Esto es, en grandes urbes.
Esta conclusión (la de que hay cargadores de sobra) llega al averiguar que el uso medio de puntos de carga rápidos y lentos fue el año pasado del 6,3 %. Entonces, ¿dónde recarga la gente sus baterías? Pues en casa, en garajes privados o en el trabajo, y esa cifra ya es más difícil de contabilizar. Respalda este número el consumo eléctrico de la infraestructura: en casa y en el trabajo (o en garajes privados) fue de 640 GWh, equivalente al consumo anual de 200.000 hogares. Pero el consumo eléctrico relativo a puntos de recarga de acceso público está a años luz de esta cifra, con 92 GWh.
La pregunta que se desprende de este dato es si el poco uso que le damos a los puntos de recarga públicos se debe a su número o que hemos preferido recurrir a nuestro cargador doméstico (o el del trabajo).
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