El último superdeportivo del antiguo preparador y actual brazo armado de Mercedes, AMG, ha sido un rompecabezas para hacer que un motor de F1 pueda ser utilizado en un coche de calle. Para su próximo superdeportivo, un nuevo reto espera a AMG: convencer a sus clientes habituales que un coche eléctrico puede ser muy emocionante.
“Está claro que vamos a ser totalmente eléctricos”, declaró Michael Schiebe, Director General de AMG, a Autocar. Para la clientela habitual de AMG, acostumbrada a algunos de los motores más más potentes y sonoros del planeta, especialmente sus V8, podría ser algo duro de aceptar. Schiebe está de acuerdo, pero según él, lo importante en un AMG no es su motor sino su tecnología.
Lo importante es la tecnología, o eso dicen
“Los clientes que se acercaron a la marca por el V8 no lo hicieron sólo porque quisieran un gran motor”, afirma Schiebe. “Vinieron porque les encantó la tecnología que incorporamos al coche. Así que cuando llegue la conducción eléctrica, estoy bastante seguro de que se lanzarán a esa nueva tecnología porque será lo último y lo mejor que se pueda conseguir”.
Es de esperar que los equipos de Schiebe conocen mejor a la clientela de la marca que un servidor, pero cuesta creer que a la mayoría de clientes de AMG no les importe el tipo de motor. Desde el 4 cilindros de los AMG A 45S hasta el ya mítico V8 4.4 litros biturbo, estos motores fabricados a mano por un único operario (filosofía “una persona, un motor”) aportan algo intangible a estos coches y que forma parte de su atractivo: carácter.
Se podría argumentar, además, que la razón de ser de AMG son los motores de gasolina. Sus coches hasta lucen una válvula y levas en su logotipo y la historia de la marca está llena de V8 que han marcado a varias generaciones de fans, desde su coche fundacional, el “cerdo rojo”, un Mercedes 300 SEL 6.8, hasta el Mercedes SLS, el primer superdeportivo 100% AMG, pasando por el mítico Mercedes 300 CE ‘Hammer’. Sin embargo, no es un argumento válido Toyota empezó haciendo telares y no les ha ido mal haciendo coches.
No, lo que nos hace dudar son las ventas de las anteriores propuestas eléctricas o electrificadas de AMG. Primero fue el Mercedes SLS AMG Electric Drive de 550 kW (750 CV) con una batería de 60 kWh. Debían fabricar 50 unidades, finalmente sólo han conseguido vender nueve unidades. Es cierto que los más de 415.000 euros que pedían por el coche no ayudaron. Pero es que se quedaron muy lejos de sus previsiones.
Y más recientemente, el Mercedes-AMG C 63 S E Performance animado por un 4 cilindros PHEV no está siendo el éxito comercial que fueran sus predecesores, todos animados por distinguidos seis cilindros (C 36 y C 32) o brutales V8, como en los C 63. Al parecer la demanda por este modelo es tan baja, que la propia Mercedes AMG está buscando la manera de volver a colocar un V8 en el coche para recuperar ventas.
Algunas fuentes de la compañía hablan de que “la demanda del C 63 S E-Performance es actualmente, en gran medida y de forma constante, cercana a cero”. Es verdad que este AMG es, de media, unos 14.000 euros más caro que un BMW M3, pero es una diferencia inferior a lo que se suele gastar en opciones a este nivel de gama, por lo que no es suficiente para explicar el desinterés de la clientela.
En cuanto a coches eléctricos de Mercedes y AMG, la demanda es igualmente ridículamente baja. Actualmente hay en venta en el más famoso portal de segunda mano de España hasta 69 Mercedes EQS berlina (un modelo que pierde valor como se derrite un helado al sol) y SUV en venta, de los cuales la inmensa mayoría tienen menos de 10.000 km y 42, menos de 5.000 km. Y todos ellos en venta por concesionarios Mercedes. Hola, automatriculaciones.
Lógicamente, Schiebe no puede decir que “sí, los clientes de AMG quieren un pedazo motor de gasolina en sus coches, uno que sea potente como para arrancarte la piel de la cara en cada aceleración y ruja como un T-Rex cabreado, pero el consejo de administración dice que he de vender eléctricos. Ye lo que hay, amigo”. También es su trabajo como CEO vender los cambios que se avecinan.
La cuestión es no es tanto si AMG logrará dar ese giro a 180 grados, porque sus productos, electrificados o no, siguen siendo excelentes, sino si la clientela le seguirá.