Faraday Future acaba de añadir otro fatídico capítulo a su tumultuosa historia. De acuerdo a la información de la cabecera Pandaily y que ya ha dado la vuelta al mundo, el CEO de la compañía, Jia Yuenting, va a renunciar a su puesto en medio de una reestructuración.
El magnate multimillonario del sector tecnológico y fundador de la start-up está intentando asumir tanto su deuda personal como la deuda de la compañía mediante la creación de un fondo fiduciario para pagar a sus acreedores. Ahora Faraday Future necesita reinventarse.
Cuando las ruinas son el camino hacia la transformación
Primero fue el éxodo de trabajadores a Tesla, luego la salida de Stefan Krause, el máximo valedor de la compañía, después fue el adiós a la fábrica donde iban a fabricar su modelo FF91...
La cosa ha seguido cuesta abajo y sin frenos. El gigante inmobiliario chino Evergrande se convirtió en el principal inversor de Faraday Future con un acuerdo inicial de 2.000 millones de dólares que terminó en ruptura.
La start-up fundada por Yuenting se quedó sin fondos para continuar gran parte de sus operaciones y se vio obligada a despedir a muchos empleados y a vender su sede en Los Ángeles. El acuerdo con Evergrande se resolvió y pronto ambas compañías entraron en una disputa.
Evergrande acusó a Faraday Future de manipularlo para pagar 800 millones de dólares por adelantado y luego pedir más, mientras que Faraday Future alegó que Evergrande estaba reteniendo deliberadamente la inversión para matar de hambre a la compañía con el fin de obtener su propiedad intelectual.
Los empleados de Faraday incluso recurrieron al crowdfunding para mantener la empresa a flote. En diciembre del año pasado, Evergrande dijo que acordó reestructurar su compromiso de inversión en Faraday Future, y ambas partes acordaron abandonar todas las acusaciones.
Hasta la fecha, Evergrande ha invertido 800 millones de dólares en Faraday Future y ahora posee una participación del 31 % en la compañía, pero no realizará más inversiones.
Con Yuenting renunciando como líder de la empresa, la compañía debería poder salir a flote, ya sea a través de una sociedad conjunta o algún otro tipo de reorganización estructural.
Aquellos que esperan comprar el SUV eléctrico de Faraday, el FF91, tendrán que esperar al menos un tiempo. Según Pandaily, la start-up todavía necesita cerca de 500 millones de dólares para poner el coche en producción.
Al mismo tiempo, la compañía tendrá que lidiar con las demandas de los proveedores y contratistas que se están acumulando: al menos 11 compañías están demandando individualmente al Faraday Future por un total de más de 80 millones de dólares en facturas que no han sido abonadas.
Como suelen decir: las ruinas son el camino hacia la transformación. O más les vale.
