"Los fabricantes de automóviles sólo empiezan ahora a preocuparse por los coches asequibles, sabiendo que tienen que hacerlo o saldrán perdiendo frente a los fabricantes chinos". Hace meses que se viene repitiendo que los coches son demasiado caros, ya sean de gasolina o eléctricos, pero puede que ya vayan tarde. Y esta vez la advertencia la da Andy Palmer.
El que fuera número dos de Nissan y artífice del lanzamiento con éxito del Nissan Leaf no se corta. Los fabricantes venden sus coches eléctricos y de gasolina demasiado caros. Es el caso, al menos, para los fabricantes europeos, estadounidenses, surcoreanos y japoneses. No es el caso de las marcas chinas.
Durante años, occidente, Corea del Sur y Japón se fueron a China a fabricar barato para exportar y generar enormes beneficios. Ahora, le han dado la vuelta a la tortilla y son las marcas chinas que fabrican barato, exportan y cosechan los beneficios.
El miedo a una ralentización de la demanda de coches eléctricos y a una avalancha de coches eléctricos chinos de bajo precio, ha llevado a los fabricantes a recurrir a nuevos proveedores, desde fabricantes de materiales para baterías hasta fabricantes de chips, para reducir costes y desarrollar vehículos eléctricos asequibles.
Si bien de momento, sólo MG (filial de SAIC y de propiedad estatal china) ha hecho daño a los fabricantes europeos al conseguir elevadas cifras de venta, esencialmente con modelos híbridos y gasolina más que con eléctricos, no significa que otras marcas chinas no lo vayan a conseguir a medio plazo, como BYD, que prevé instalar una factoría en Europa, ya sea en Galicia o en Hungría.
Obviamente, es muy fácil decirle a un fabricante que sus coches son muy caros. Cualquiera puede verlo. Desde un SEAT León 1.5 eTSi que es casi 4.000 euros más barato que un CUPRA León 1.5 eTSI casi idéntico hasta un Peugeot e-308 de 156 CV que cuesta casi 14.000 euros más que un 308 gasolina de 130 CV, los fabricantes llevan años optando por vender menos, pero más caro.
El coste del litio a futuros o el coste de desarrollo de nuevas plataformas de uso dedicado para eléctricos o mixtas, eléctricas y de gasolina, no son problema mío ni del cliente. El cliente sólo ve el resultado. Y ese resultado es un coche excesivamente caro, sea de gasolina o eléctrico.
Los fabricantes no lo tienen fácil y la mayoría trabajan para reducir los costes de sus futuros coches eléctricos. El problema está en que los coches son demasiado caros ahora. Y es ahora que las marcas deben vender si no quieren perder el tren y que las marcas chinas se asienten en el mercado.
El problema de ir a rebufo de Tesla
La mayoría de fabricantes han seguido el modelo de Tesla, el cual se ha inspirado en el de las marcas premium como Mercedes o BMW, para vender coches compactos más baratos al mismo tiempo que vendían potentes y caros coches halo. Así, se ideó vender primero coches eléctricos caros para financiar luego los más asequibles.
Sin embargo, nadie previó que la imagen de marca de Tesla en el campo de los eléctricos sería tan fuerte, es el equivalente de un iPhone en el sentido que su imagen supera a la de su función. Comprar un iPhone no es comprar un teléfono móvil, es comprar toda la imagen asociada al producto, como la tecnología puntera, el diseño, la facilidad de uso y el estatus de superioridad, es decir, el hecho diferenciador y de beneficio para la sociedad: Apple cuida más que nadie la privacidad, en teoría.
Lo mismo se aplica a Tesla, sólo hay que cambiar el cuidado por la privacidad por la ilusión de salvar el planeta. Pero para jugar en esa liga, el resto de fabricantes llegan tarde. Y no solamente van tarde, sino que Tesla, se la jugó a todos en 2023 bajando cada cierto tiempo el precio de sus modelos más asequibles.
Hasta el punto que vender un coche eléctrico con la mitad de potencia, la mitad de autonomía y menos tecnología que un Tesla Model 3 por el doble que el citado Model 3 se ha convertido en una huida hacia adelante para encontrarse luego al final con un muro.
Aunque con mucho retraso, los fabricantes se han despertado. Renault ha empezado a bajar el precio de su Renault Mégane E-Tech de 4.600 euros de media. Y es que más allá de ventas a flotas, como a la Guardia Civil en España, el coche no encuentra compradores.
El grupo Stellantis, ya tiene previsto lanzar modelos asequibles en 2024, como el nuevo Citroën ë-C3 y sus derivados, al mismo tiempo que está construyendo una planta europea con la china CATL para fabricar baterías LFP más baratas. Además, se ha asociado con la china Leap Motors para eventualmente fabricar coches chinos en sus factorías europeas.
Aunque el movimiento más sorprendente nos lo dan Renault y Volkswagen al negociar una colaboración para fabricar juntos un coche eléctrico que puedan vender por menos de 20.000 euros.
Aunque las ventas de coches eléctricos siguen batiendo récords de ventas en numerosos países, algo lógico por otra parte cuando hace una década apenas existían ventas de coches eléctricos, la realidad es que mientras los fabricantes europeos no consigan una paridad de precios y de prestaciones más o menos similares a las de un coche gasolina, va a ser muy complicado llegar a todo el mercado y que las marcas chinas no les adelanten por la derecha.
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