Una de las vías ciclistas subterráneas más antiguas de Europa, con más de 550 m de largo y 4,95 m de ancho, está en el ‘Maastunnel’ de Rotterdam (Holanda), que atraviesa el río Maas. Su construcción se remonta a 1937, y está plagada de anécdotas.
Además del carril bici que utilizan más de 7.000 ciclistas al día, el túnel alberga un paso peatonal y otro para tráfico rodado, por el que se calcula que pasan a diario más de 75.000 vehículos. Entre otras curiosidades, este tiene el asfalto amarillo, como guiño a la superficie original de ladrillo del mismo color que tenía el túnel en la década de 1940.
Un carril bici bajo el puerto más grande de Europa
Rotterdam cycle tunnel under the river pic.twitter.com/jDcJNDgEEB
— Danny Williams (@citycyclists) August 19, 2022
El túnel que alberga esta peculiar vía ciclista de Rotterdam en su momento fue una obra maestra de la arquitectura: fue el primero del mundo en fabricarse con elementos rectangulares en lugar de redondos, a través del ‘método del tubo sumergido’.
También fue el primer túnel submarino de los Países Bajos pensado específicamente para diversificar el tráfico de coches, bicicletas y peatones. Aunque empezó a construirse en 1937, no se terminó hasta cinco años después.
Cada una de las nueve partes con las que cuenta en total el túnel tiene una longitud de más de 60 m, una altura de 9 m y una anchura de 25 m. Estas albergan dos secciones laterales para el tráfico motorizado y, junto a ellas, hay otras dos apiladas verticalmente: una para ciclistas y ciclomotores y otra para peatones.
En total, la longitud del ‘Maastunnel’ es de 1,37 km (incluidas las vías de acceso), y su punto más bajo se sitúa a unos 20 m por debajo del nivel del mar. Desde la superficie, la situación del túnel se identifica fácilmente por los característicos edificios destinados a la ventilación y control de la calidad del aire de la estructura, situados a ambos lados del río.
Con los años, acabó desempeñando un papel fundamental para la historia de la ciudad, que incluso le ha dedicado varias exposiciones como la que celebraba sus 75 años, en el museo "Kunsthal". De hecho fue declarado monumento nacional en 2012.
En 2017, tras años de uso intensivo, el 'Maastunnel' se sometió a una profunda renovación que se alargó durante varios años, y en la que se intentó preservar al máximo la estética original.
Entre otras cosas, se sustituyeron luces antiguas por LED con el mismo tono cálido, se renovó cada azulejo y cada ladrillo y las antiguas escaleras específicas para bicis de acero y madera dejaron paso a otras más modernas. Además, se agregaron ascensores y otros elementos que favorecían su accesibilidad antes de que pudiera reabrirse en 2021.
Antes de contar con luz verde, el proyecto estuvo a debate durante décadas, pues para conectar la orilla norte y la orilla sur del río Maas se barajaba también la posibilidad de construir un puente.
Esta opción, finalmente fue descartada por el altísimo coste que habría implicado hacer una estructura lo suficientemente compleja como para permitir el paso diario de miles de barcos inmensos por el puerto más grande de Europa.
Hoy en día, el ‘Maastunel’ ya es un icono para los habitantes de Rotterdam, y se considera una mega estructura imprescindible para la movilidad de la ciudad. Asimismo, ha inspirado varios proyectos similares a lo largo de los Países Bajos. Entre los más recientes, se encuentra el aparcamiento subterráneo para bicis de Ámsterdam inaugurado el pasado mes de enero.