¿Faltaba algo todavía para acabar de considerar a Sebastian Vettel como una auténtica estrella de futuro de la Fórmula 1? Pues ya está conseguido. El jovencísimo alemán ha tenido el temple y las manos suficientes para convertir en su primera victoria en la F1 la primera pole que ya consiguió ayer, redondeando un fin de semana en el que nadie acababa de creerse lo que estaba viendo: el dominio en calificación y carrera de un monoplaza que hace 3 años era un Minardi.
El foco de la carrera lo centraba, cómo no podía ser de otro modo, la increíble remontada que ha firmado Lewis Hamilton desde la 15ª posición en parrilla, rozando a veces el límite que separa la agresividad del riesgo. Sólo una última parada en boxes no prevista para montar intermedios le han separado del podium y de poder luchar por la victoria. Por su parte, Raikkonen no ha acompañado a Hamilton, desdibujándose en la lluvia, y Felipe Massa ha hecho una carrera muy conservadora, que pese a todo le permite recortar un punto más a Lewis en la general.
Fernando Alonso, y Renault, por fin acertaron con la estrategia, y montó gomas intermedias cuando tocaba. El resultado: un cuarto puesto en Monza, el que tenía que ser el peor circuito para el Renault con diferencia. Gran carrera la que hemos visto hoy en Monza, con un buen puñado de adelantamientos y de emoción estratégica.
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