Cualquier cosa que se haga a los mandos de un Fórmula 1, no es cosa sencilla. Y si no que se lo digan a Pastor Maldonado, que ha protagonizado un pequeño incidente en la exhibición de Caracas del pasado domingo (o sea, ayer). La celebración tenía varios puntos de interés, pues también se celebraban las medallas olímpicas conseguidas por los atletas patrios, pero el punto culminante era la exhibición de Maldonado a los mandos del FW33.
El asfalto, que no tiene nada que ver con el de un circuito de Gran Premio, y lo bacheado del mismo parecieron aliarse con las ganas de Pastor de dar un buen espectáculo a sus paisanos. Un pequeño derrape, pérdida de control del monoplaza y la suspensión trasera destrozada por el impacto contra ese inoportuno bordillo. Rodolfo Gonzalez fue el encargado de salvar los muebles del evento dando ocho vueltas de exhibición a los mandos de su monoplaza de GP2. Los intentos por reparar el coche de Maldonado fueron inútiles por la tormenta eléctrica que se declaró después. Atentos a los comentarios del videoaficionado.
No es el momento de ponerse a la caza de Maldonado, pero lo cierto es que ese asfalto no debe dar la confianza necesaria para conducir alegremente un Fórmula 1. Es una pena que esto haya pasado en el “día grande” en el que Pastor hace una exhibición ante su gente en Caracas, y la verdad es que es una pena que en los mejores momentos haya un percance que termine con Pastor fuera de juego. Pero también nos debe servir para apreciar lo complejo de controlar un Fórmula 1, sea en las condiciones que sea.
Vía | Autosport