Pese al aparente aburrimiento de una temporada dominada con mano firme por los Mercedes, no dejamos de disfrutar de carreras preciosas, y la del pasado domingo en Hockenheim volvió a regalarnos una interesante incertidumbre estratégica, así como unas luchas cuerpo a cuerpo de muchísimo nivel.
Lástima que el aspecto de las gradas no acompañara al gran espectáculo que brindaron los pilotos. Por culpa del Mundial de fútbol, dice Bernie Ecclestone. Esto… Bernie, deja de decir chorradas. Los espectadores que se acercan a los circuitos se están apartando cada vez a un plano mucho más secundario, y el problema es que no importa demasiado mientras sigan llegando circuitos “exóticos” que pagan los honorarios a pesar de presentar unas gradas desiertas.
La tranquilidad de Rosberg y la intranquilidad de Hamilton
Vayamos a lo que interesa, y dejemos el negocio en manos de los que lo tienen como su único interés. ¿Qué se puede decir de la carrera de Nico Rosberg? Con Lewis Hamilton saliendo desde tan atrás, el gran reto de Nico para el domingo iba a ser simplemente no cometer fallos, y controlar mínimamente el ritmo de Valtteri Bottas, por si las moscas. Lo segundo quedó rápidamente claro que no sería ningún problema para la victoria, así que supongo que Nico pudo disfrutar de una de las carreras más cómodas de la temporada precisamente en su país.
Por el contrario, Lewis Hamilton tuvo una carrera de todo menos relajada. Fueron muchos los momentos de tensión por los que tuvo que pasar en su remontada a la desesperada. Desde luego, quedó de manifiesto que con el cochazo que tiene Mercedes este año, salir en las posiciones bajas de la parrilla por algún problema sufrido en clasificación no supondrá un excesivo problema en la mayoría de circuitos para acabar pisando el pódium el domingo. Precisamente debido a esa superioridad, no entendí qué necesidad tenía Hamilton de ir tan al límite adelantando rivales. En condiciones normales, le sobraban vueltas para llegar a la segunda posición. Un cero en su casillero hubiera sido un precio muy alto a pagar, y lo rozó en varios adelantamientos.
Tampoco entendí en absoluto la estrategia seguida por Hamilton. El segundo puesto lo tenía en su mano si hubiera ido a 2 paradas en lugar de 3. La sensación es que las diferencias entre las blandas y las superblandas tampoco eran tan exageradas, o por lo menos no como para justificar una parada adicional. Es posible que al disponer de dos juegos adicionales de superblandas tras no disputar Q2 ni Q3, se cegaran en usarlos, pero desde luego, la estrategia le costó perder la segunda plaza. Hamilton entra a hacer su segunda parada cuando sólo lleva 16 vueltas en sus blandas, y estaba rodando 2 segundos más rápido que Bottas. Y no sólo eso, sino que el primer stint con superblandas es de solo 8 vueltas. Si esas 8 vueltas se las hubiera hecho a las blandas anteriores, seguramente Hamilton hubiera acabado 2º, ahorrándose 1 parada.
Ferrari falla la estrategia de Alonso en la lucha con Vettel
Pero no solo Mercedes estuvo poco fina con la estrategia. Ferrari firmó una estrategia para Alonso realmente mala. No se puede calificar de otra manera una estrategia diseñada para luchar con el Red Bull de Vettel, cuando aparentemente tienes más ritmo que él, y acaba llevándote a luchar con el segundo Red Bull de esta carrera, el de Ricciardo. Cuando se toman decisiones estratégicas, hay que tener siempre en consideración que la parte con la que estás luchando tendrá una respuesta a tu iniciativa. El intento de undercut en la segunda parada fue definitiva para Alonso, pues al montar los blandos ahí permitió a Vettel montar superblandos y asegurarse de este modo el undercut a su favor en su última parada. Eso, sin tener en cuenta como se defendió Ricciardo de Alonso en pista, y lo mucho que tardó Ferrari en meter a Alonso para su última parada, totalmente condicionados por la duración de las superblandas para el último stint.
Sobre Daniel Ricciardo, me gustaría hacer un párrafo específico. Desde inicio de temporada vengo señalándolo como la gran sorpresa de este año, pero es que a cada carrera que pasa, me sorprende aún más. Las tablas que mostró en Hockenheim en sus luchas cuerpo a cuerpo tanto con Alonso como con Hamilton fueron de piloto grande. Sin rendirse en ningún momento, sin dar ni un metro de pista por perdida. Me parece un piloto muy inteligente en esas situaciones, de esos que es capaz de minimizar sus debilidades y maximizar sus fortalezas.
También es muy destacable la solidez que está demostrando Valtteri Bottas estas últimas carreras. Hace exactamente lo que tiene que hacer, sin errores ni estridencias como las de su compañero Felipe Massa. Es un piloto muy rápido y que dará mucho que hablar de aquí a final de temporada subido al que a día de hoy es el segundo mejor monoplaza de la parrilla.
Ya que he mencionado a Felipe Massa, comentaré el incidente de la salida con Magnussen. No digo que el accidente fuera culpa de Massa, pero sí creo que teniendo un coche que te puede llevar al podium, no puedes tener tan poca cabeza como para tirarte al ápice de la primera curva tras una salida como si nadie fuera a intentar una apurada de frenada por el interior. Puede que tengas la posición ganada, sí, pero si te tocas, llevas las de perder.
Para terminar, denunciar la irresponsabilidad de Charlie Whiting al no sacar el Safety Car con el Sauber de Sutil cruzado en mitad de la recta. Mandar a tus comisarios a jugarse el tipo ahí en medio es de ser un sinvergüenza. Si fuera igual de valiente que lo que espera sean sus comisarios, hubiéramos visto los full wet en muchas más carreras.
Nos queda una carrera antes del parón veraniego, y llegamos con Rosberg ligeramente destacado en una lucha por el título que puede generar una tensión extrema en la última mitad de temporada. Nos leemos después de Hungría por aquí, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).
