Menudo carrerón nos espera mañana. Ya casi ni importa que llueva o no. Las previsiones dicen que la lluvia seguirá cayendo el domingo en Monza, aunque de manera más débil, y es posible que a la hora de la carrera empiecen a remitir, pero el agua ya ha hecho lo que tenía que hacer: regalarnos una parrilla con mucho morbo, quizás incluso más que la de aquella ya mítica carrera de Suzuka 2005.
Empecemos por atrás. Lewis Hamilton saldrá el 15º, y liderando el Mundial con sólo 2 puntos de ventaja sobre un Felipe Massa que saldrá 6º, a falta de 4 carreras cuando finalice Monza, no puede permitirse el lujo de salir sin puntos de Italia. Tendrá que remontar sí o sí, pero ya sabemos de lo que es capaz Lewis en estas situaciones especiales. Para bien y para mal. Pero es que el aliño que tendrá la remontada de Hamilton será, nada más y nada menos, ver cómo ejecuta Kimi Raikkonen, que saldrá justo delante del británico, su primer examen como escudero de Massa. Casi nada.
Pero es que mientras estos dos se vayan peleando entre ellos, abriéndose camino de paso entre el pelotón, Felipe Massa, que tiene en sus manos una ocasión inigualable para dar un paso de gigante en su lucha por el título, no se puede conformar con esa 6ª plaza que ocupa en la parrilla, y tiene que arriesgar tanto como para acabar tan arriba como pueda, pero tan poco como para no cometer una "cagada" de bulto.
A todo esto, sumémosle que por delante habrá una guerra de estrategias de mucho cuidado, muy complicada de pronosticar por las condiciones variables y nefastas en las que ha transcurrido la sesión de clasificación, y pongamos la incierta presencia de la lluvia durante la carrera. Con estos ingredientes, tenemos un plato delicioso para la comida de mañana.
Pero no nos olvidemos de un buen vermut antes de empezar: la salida, si siempre es complicada en Monza al llegar a la primera variante, con una parrilla tan mezclada y la posibilidad de que la pista esté todavía mojada en el inicio de la carrera, puede convertirla en una auténtica pesadilla. En esa situación, que nadie dude que la salida sería lanzada detrás del Safety Car, que tampoco sería de extrañar que lo viéramos mañana en alguna ocasión más.
Así que, si quiere, que llueva, y si no, pues no hace falta. El carrerón en Monza ya está cocinado.