Sin paños calientes. El primer Gran Premio de Rusia de la historia ha sido, sin lugar a dudas, la carrera más soporífera y aburrida de lo que llevamos de temporada. Con decir que la realización se ha mostrado más interesada en la llegada de Vladimir Putin, el presidente ha llegado en la vuelta 40, que en la propia carrera, es decir casi todo.
Dos curvas ha durado la emoción momento en el que Nico Rosberg, luchando con Lewis Hamilton, se ha pasado de frenada, ha dañado sus neumáticos y ha tenido que pasar por boxes destrozando sus opciones. Aún así, Nico Rosberg ha conseguido remontar hasta la segunda posición ayudado por unos neumáticos Pirelli que parecen hechos de madera, justo detrás de un Lewis Hamilton que se afianza en el liderato. Valtteri Bottas ha completado el podio en una nueva gran carrera del finés.
El doblete de los pilotos de Mercedes AMG, sumado al pobre resultado de los Red Bull, hace que la escudería anglo-alemana se haga matemáticamente con el título de constructores, el primer título para Mercedes-Benz y lo que tanto venían buscando desde que regresaron a la Fórmula 1 allá por 2010. Las flechas de plata vuelven a reinar a la espera de conseguir el título de pilotos. Para eso tendremos que esperar aún alguna carrera más.
En la general, Lewis Hamilton es más líder gracias a los siete puntos extra y ahora ya son 17 puntos de ventaja los que tiene sobre su compañero y máximo rival. Sus nueve victorias en lo que llevamos de temporada minimizan los resultados de un Nico Rosberg al que parece que la presión le está pasando factura. Para el próximo gran premio, el de Estados Unidos en el Circuito de las Américas, tendremos que esperar tres semanas. USA, Brasil y Abu Dabi, tres últimas citas de la temporada.
