Impresionante podium para el Toyota TF108 de Jarno Trulli en una carrera muy emotiva para la escudería japonesa, debido al reciente fallecimiento de Ove Andersson. El crespón negro que Jarno no ha dudo señalar en el podium, dedicándole este sensacional podium a quien encabezó el asalto de Toyota a la Fórmula 1, puede haber sido el resonsable de haber sacado de Jarno ese extra que le ha permitido subir al cajón cuando pocos hubiéramos apostado por él.
Efectivamente, el Toyota de Trulli estaba en la cuarta posición de la parrilla, pero parecía más lógico mirar más atrás en la parrilla para buscar posibles candidatos al podium. Pero se apagaron los semáforos de la recta de Magny Cours, y Jarno salió mucho mejor que Fernando Alonso, ganando desde buen principio esa plaza de podium que sin duda tendría que defender en lo que faltaba de carrera.
Y vaya si tuvo que pelear ese podium. Fueron varios los pilotos que intentaron asaltar el tercer cajón del podium que Jarno se había ganado en la misma salida, pero ninguno pudo desestabilizar al italiano, que en 2004 recibió en Magny Cours uno de los adelantamientos que más críticas sobre su figura ha desatado, y que al final le costó su puesto en Renault. Esta vez nadie iba a explicar esa historia que dice que Jarno se desinfla en carrera.
Lo intentó a principio de carrera el Renault de Fernando Alonso, para dejar más tarde que lo probara Robert Kubica con su BMW. Ninguno de los dos pudo con Jarno. Y luego llegó el que parecía sería el piloto que iba a acabar con el sueño de Toyota: Heikki Kovalainen. Las cuatro gotas caídas a última hora en Magny Cours enganchó el MP4-23 de Heikki a la zaga del Toyota, pero esta vez Trulli no dejaría ni una puerta abierta, y ni un último intento a la desesperada del finlandés en la penúltima vuelta ha podido arrebatarle un merecido podium a Jarno.
En un año en que Ferrari, BMW y McLaren parecen estar por encima del resto, lograr un podium en una carrera más o menos normal con un Toyota debe saber a gloria.
