Después de una temporada de F1 como la que hemos vivido, con sus momentos buenos, y con sus momentos malos y, por qué no, burocráticos y legales, llegamos al último Gran Premio de la temporada, en Brasil, con la mejor presencia de ánimo posible: llegar a ver la solución a la temporada, ver cuál de los tres pilotos con posibilidades de vencer finalmente, consigue el objetivo de ser campeón.
Kimi Raikkonen es el que más dificil lo tiene, tercero a siete puntos del liderazgo. Sin embargo, siendo así, y entendiendo que la presión que soportará en Brasil será mucha, no es el que más preocupado estará en Brasil por el azaroso destino de las carreras. Ese papelón le tocará a Fernando Alonso, bicampeón, campeón en título y ahora mismo a cuatro puntos de su compañero de equipo.
Las dudas de Fernando Alonso son muchas, las dudas de los aficionados como nosotros son tantas otras, pero lo cierto es que en estos momentos la lógica nos dicta que será Lewis Hamilton el campeón del mundo una vez que se cruce la bandera a cuadros el domingo. Cuando digo lógica me refiero a azar, reglamento, mecánica, compañerismo, accidentes, errores, incluso diarrea... que pueda sucederle a cualquiera de los pilotos que se juegan el título con el hijo de la Gran Bretaña. Como dice S. Marcús, la clasificación y la carrera podemos verla en la tele, para todo lo demás, está Racingpasión.
En Racingpasion | Todo sobre el Gran Premio de Brasil