Demasiado tiempo estuvo la Fórmula 1 sin disputar carreras en Austria para lo bonito que es el trazado del ahora llamado Red Bull Ring (históricamente, el A1 Ring). Por suerte, el año pasado se cerró ese periodo de ausencia de Grandes Premios en semejante escenario, y pilotos, equipos y espectadores lo agradecieron.
Sin duda, si algo destaca del circuito emplazado en Spielberg es su precioso entorno verde y los apreciables desniveles en el trazado, que hacen de algunas frenadas, como la de la curva 2 (la preciosa Remus Kurve), realmente bonitas al estar en un claro desnivel. Los pilotos adoran pilotar en un trazado rápido con varias rectas y una combinación de curvas de alta y baja velocidad que exige un monoplaza con una buena eficiencia aerodinámica, y cómo no, una potencia y velocidad punta adecuada para no sufrir en las rectas.
Un circuito con zonas muy técnicas, que como muchos de los circuitos clásicos, tiene eso que tanto gusta a los pilotos: fluidez. Juntar una buena vuelta en el Red Bull Ring es una sensación especialmente reconfortante para los pilotos, aunque no es sencillo hacerlo, porque tiene diversas curvas trampa - en especial las lentas - en las que cometer errores es más fácil de lo que parece.
En realidad, el Red Bull Ring es un circuito pequeño y relativamente corto (es el 3er circuito más corto del calendario) con pocas curvas (sólo 9, de las que 7 son de derechas), y eso hace que todo esté más apretado y las distancias entre monoplazas sean mínimas.
Habrá que vigilar los frenos en el Red Bull Ring
En relación a los neumáticos, Pirelli lleva al Red Bull Ring los blandos y los superblandos, y realmente dependerá de la meteorología que los equipos puedan hacer la carrera a 1 parado o tengan que parar 2 veces si hace demasiado calor. Incluso no se descarta la lluvia en alguna fase del Gran Premio. Pirelli no espera diferencias de tiempo significativas entre sus dos compuestos, de modo que la degradación de los neumáticos en cada coche puede marcar las diferencias estratégicas para el domingo.
El consumo de combustible en este circuito no supondrá ningún problema, y si hay que mirar especialmente a algún elemento del coche que pueda sufrir más, serán seguramente los frenos, ya que este es un circuito de los considerados duros en ese aspecto, al contar con hasta 7 zonas importantes de frenada. Eso, combinado con una vuelta corta de poco más de 1 minuto, da un tiempo escaso de refigeración al sistema de frenado entre zonas de deceleración, por lo que desde el muro de boxes hay que estar muy atentos a las temperaturas de los discos y de los diferentes componentes que intervienen en las frenadas.
De entre todas las frenadas, destacar la que precede a la ya mencionada curva Remus. En subida, ésta es la 3ª frenada que exige un mayor tiempo de frenada del calendario (2,80 segundos), y la 7ª del campeonato en cuanto a deceleración experimentada (se reducen unos 237 km/h) y en distancia recorrida frenando (125 metros). Además de ser plásticamente preciosa.
En definitiva, un circuito espectacular donde disfrutar de un Fórmula 1 apretando al límite. ¡Ya hay ganas de Gran Premio de Austria!