Los Fórmula 1 llevaban casi dos años sin pisar el agua y la lluvia ha llegado a Hockenheim para depararnos una de las mejores carreras de la historia. En una condiciones delirantes, en las que el ganador de la carrera, Max Verstappen, ha hecho cinco paradas en boxes, la Fórmula 1 se ha reencontrado con sí misma.
Se cierra así un mes mágico para la categoría reina del automovilismo, en el que ha dado sobrados motivos para reenganchar a la afición perdida en los últimos años. Todo empezó el 30 de junio con el espectacular duelo por la victoria entre Max Verstappen y Charles Leclerc en Austria, luego llegaron los duelo al límite de Silverstone y finalmente un delirio bajo la lluvia en Hockenheim.
La carrera tuvo que ser interrumpida con cuatro coches de seguridad
Y es que el Gran Premio de Alemania ha sido una de esas locuras pocas veces vistas en la Fórmula 1. Hasta en cuatro ocasiones ha tenido que salir a la pista el coche de seguridad. La primera por accidente de Sergio Pérez, la siguiente cuando se estrelló Charles Leclerc, ya en la segunda mitad por el golpe de Nico Hulkenberg y en las últimas vueltas por el accidente de Valtteri Bottas.
La curva 16 ha sido la auténtica bestia negra para todos en esta carrera. Dos de los mencionados accidentes, los de Leclerc y Hulkenberg, acontecieron en ese córner, pero también el más decisivo, el que sufrió Lewis Hamilton cuando lideraba con comodidad. Además, Carlos Sainz también sufrió las pírricas condiciones de esa curva, perdiendo un podio que tenía casi en la mano.
De este modo el podio ha caído de forma casi milagrosa en Daniil Kvyat, el piloto de Toro Rosso que consigue así subirse al cajón por tercera vez en su carrera, y primera desde China 2016. Es el segundo podio del filial de Red Bull en la Fórmula 1 y la primera vez que dos motores de Honda se suben a un cajón desde el GP de Portugal de 1992, con Ayrton Senna a los mandos del McLaren.
Kvyat además es el cuarto piloto que consigue subirse a un podio en los últimos cuatro años sin pilotar para Red Bull, Ferrari o Mercedes, y el primero desde Lance Stroll en Bakú 2017. Precisamente el ahora piloto de Racing Point estuvo a punto de conseguir su segundo cajón, pero se vio superado por Sebastian Vettel en los últimos giros y terminó cuarto.
Precisamente Vettel fue otro de los héroes del día. Saliendo último, el alemán consiguió remontar hasta la segunda posición. El de Ferrari no había tenido demasiado ritmo en lluvia, pero con la pista seca, neumáticos blandos y reagrupado por el coche de seguridad, consiguió quitarse de delante a Carlos Sainz, Lance Stroll y Daniil Kvyat para terminar segundo, en un gran ejercicio de supervivencia.
Bottas FUERA. Carlos Sainz ahora mismo es cuarto. #ALEmovistarF1 pic.twitter.com/nhJzT4yNg2
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Luces para unos y sombras, muy oscuras, para otros. Y es que los pilotos del equipo Mercedes tuvieron una tarde de pesadilla. Lewis Hamilton estaba dominando a placer hasta que hubo que pilotar con las ruedas de seco. Ahí vio como Charles Leclerc le achuchaba y terminó yéndose contra el muro y destrozando por completo su carrera. Al final ha terminado undécimo y sin puntos.
Con Hamilton fuera de los puntos, Leclerc estrellado y Vettel muy atrás, todo pintaba bien para Valtteri Bottas. El finés había conseguido sobrevivir y tenía por delante a dos coches muy inferiores, el Racing Point de Stroll y el Toro Rosso de Kvyat. Parecía que podía terminar segundo y recortar muchos puntos a Hamilton, pero se estrelló en la primera curva sellando el cero de Mercedes. En una carrera de homenaje, los alemanes se van sin puntos por primera vez desde Austria el año pasado.
Carlos Sainz, trompo antes de meta. #ALEmovistarF1 pic.twitter.com/LDbvcwBj8n
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Pecado también el de Nico Hulkenberg, que tenía el podio al alcance de la mano y se estrelló en la penúltima curva. El piloto de Renault no ha conseguido un podio en sus diez años en la Fórmula 1 y lo tenía al alcance de su mano, pero cometió un error y se lo sirvió en bandeja a Daniil Kvyat, que no tenía tanto ritmo.