¿Qué narices está pasando con el R29? Estamos en un punto en el que las palabras confianza y paciencia empiezan a sonar demasiado en las discusiones acerca del nuevo monoplaza de Renault, y desde luego, este hecho no es que invite demasiado al optimismo.
Se ha dicho mucho acerca de los problemas de nacimiento que está teniendo el nuevo coche con el que Fernando Alonso tenía que aspirar a su tercer entorchado, pero es que de momento sólo hemos visto al R29 cerrar las tablas de tiempos en esta pretemporada, por detrás de equipos como Williams o incluso del nuevo y realmente sorprendente en cuanto a prestaciones Red Bull RB5.
Sin ir más lejos, los dos primeros días en Jerez se han cerrado con sendas últimas posiciones de Nelsinho Piquet, y muy pocas vueltas en pista. ¿Culpa del brasileño? Hoy Alonso se sube al R29. Veremos qué es capaz de hacer.
Lejos de entrar a valorar las evidentes diferencias existentes entre Piquet y Alonso, creo sinceramente que la cosa no pinta nada bien a corto plazo, salvo que Renault se esté escondiendo algo. Pero mucho cuidado, porque no estamos en un temporada para desaprovechar días en pista. Los test son muy limitados, y sólo espero ver cómo la llegada de Alonso se traduce en el despegue de un R29 que necesita urgentemente una chispa que encienda nuevamente las esperanzas de victoria.
Siempre que se habla de estos problemas con el R29, me aferro firmemente a recordar que el año pasado a estas alturas, el BMW F1.08 iba a ser un bodrio de coche que no funcionaba ni para atrás. Confianza y paciencia.