Con menos kilómetros de test que el resto de escuderías, en McLaren deben estar contando las horas que faltan para debutar en la pista (en un Gran Premio, se entiende) y comprobar el potencial real de su MP4-26. Los tests de Jerez han sido poco vistosos, poco representativos y poco halagüeños de cara a afirmar dónde se encuentra McLaren con respecto al resto de rivales, y los kilómetros acumulados no parecen suficientes para hacer juicios de valor.
¿Será tremendamente efectivo, una vez en carera, el transgresor (a la vez que atractivo) diseño de los de Woking? ¿O no? Los próximos tests de pretemporada deberían ser cruciales para McLaren, y aunque podamos confiar en su equipo de pilotos, con un Hamilton improvisador nato que puede hacer que el coche corra (con sus manos) y con un Button que a largo plazo es un piloto consistente, habrá que ver con mucho cuidado si el potencial del coche se hace real.
Es el freno que pone la FIA a los desarrollos en condiciones, limitando el número de tests al mínimo imprescindible, pero es lo que hay. Se trata por un lado de igualar a las escuderías (dentro de lo utópica o absurda que puede ser esa idea) y de contener costes. En los próximos tests, a partir del 8 de marzo, veremos con más cuajo dónde está cada escudería. Yo me resisto a creer que el diseño y las soluciones de McLaren sean un fiasco.
