Fernando Alonso se parece cada vez más al que nos maravilló con sus títulos mundiales en 2005 y 2006. Volver a contar con un coche mínimamente competitivo y saborear de nuevo las mieles del triunfo nos han devuelto a un Alonso más jovial, más comunicativo y también con más ganas de 'gresca'.
Y lo digo porque ayer, tras su espectacular triunfo en Japón, se mostró de lo más cordial con la prensa española y no tuvo ningún reparo en contestar a todas las preguntas, incluida la última que le hizo un periodista brasileño, mucho más preocupado por la lucha que dirimen por el título Massa y Hamilton que por el segundo triunfo consecutivo de Alonso.
El periodista brasileño le hacía saber a Alonso que los aficionados de su país no confían para nada en que Kimi Raikkonen ayude a Massa en su lucha por el título, pero que en cambio sí están convencidos de que ahora que dispone de un coche competitivo, Alonso sí puede echarle una mano al piloto brasileño de Ferrari. Y Alonso, que podría haber sido diplomático con su respuesta, no lo fue: "Sí, sin duda. Si puedo ayudar, ayudaré a Massa".
Así de claro. El piloto español no olvida y quizás ahora haya llegado el momento de pasar cuentas por lo sucedido el año pasado en McLaren y con el que era su compañero, Lewis Hamilton. Vamos, que al británico se le acumulan los problemas en estas dos últimas carreras del año. La supuesta madurez que algunos le presumíamos, se la debió dejar en casa ayer, cuando volvió a cometer un error de principiante en la primera curva de la carrera.
Felipe Massa no es que sea precisamente un piloto fiable, ni regular, pero si Alonso puede echarle una mano en Shanghai o en China, lo hará. El español no tiene nada que perder, mientras que Hamilton y Ron Dennis pueden empezar a tener pesadillas pensando en la posibilidad de que se repitan las dos últimas carreras de la pasada temporada. Habrá que esperar, pero esto se pone muy, pero que muy interesante.
