Ford pondrá en marcha en 2022 un nuevo centro global de baterías, llamado Ford Ion Park y ubicado en el sureste de Michigan (EEUU), para acelerar la investigación y el desarrollo de la tecnología de baterías y celdas de baterías, incluyendo la fabricación de baterías de ion-litio y de estado sólido.
El objetivo es "impulsar la entrega de un gran volumen de celdas de baterías, una mejor autonomía y menores costes para los clientes". Para ello, Ford empleará un equipo multifuncional de 150 expertos en desarrollo de tecnología de baterías, investigación, fabricación, planificación, compras, calidad y finanzas para desarrollar y fabricar más rápidamente las células de las baterías y las baterías, asegura la compañía norteamericana.
El equipo de Ford Ion Park ya está en marcha. Sin embargo, no será hasta finales del año que viene cuando se inaugurará el "laboratorio de aprendizaje colaborativo", como lo han bautizado, en el que se desarrollarán, probarán y construirán celdas y conjuntos de celdas para vehículos. Al mismo tiempo, se optimizarán todos los aspectos de la cadena de valor, desde las minas hasta el reciclaje, afirma la firma del óvalo.
Este laboratorio, para cuya creación se han invertido 185 millones de dólares, cuenta con más de 18.000 metros cuadrados. El centro estará encabezado por Anand Sankaran, actual director de Ingeniería de Sistemas Electrificados de la marca y líder de desarrollo de productos como el Ford Mustang Mach-E, y el F-150 Híbrido de 2022 o el Escape Híbrido original.
Ford se lanza a por sus propias baterías de estado sólido
El primer paso en el Ford Ion Park será integrar verticalmente las celdas y las baterías actuales y, posteriormente, "ampliar rápidamente los diseños de celdas de baterías con materiales novedosos". Es decir, será el turno de las baterías de estado sólido.
Ford lleva tiempo detrás del desarrollo de este tipo de baterías. De hecho, en 2019 dio un importante acelerón en este sentido al invertir en la start-up especializada Solid Power, socia por ejemplo también de BMW.
Entre las ventajas que auguran las baterías de estado sólido se encuentran una mayor densidad de carga -puede almacenar más energía que una de iones de litio de mismo tamaño-, mayor seguridad contra incendios, y tiempos de recarga más cortos.
Unas ventajas que ya tratan de explotar fabricantes como Honda, BMW, Volkswagen u otras incipientes como Rivian. Fisker, en cambio, anunció que ha abandonado este objetivo.
Pero más allá del paso en firme de Ford hacia las baterías de estado sólido, llama la atención el viraje que ha dado la marca estadounidense en cuanto a su planteamiento sobre la creación de baterías, pues en septiembre de 2020 no veía ventaja a fabricar sus propias baterías para coches eléctricos.
"Invertir en más I+D de baterías nos ayudará, en última instancia, a acelerar el proceso para ofrecer a los clientes más vehículos eléctricos, mejores y de menor coste a lo largo del tiempo", explica Hau Thai-Tang, director de Plataforma de Productos y Operaciones de Ford.
El Laboratorio de Pruebas y Evaluación de Baterías de Ford en Allen Park será donde se testen las pilas antes de integrarla en los vehículos. En este laboratorio, dotado de 150 cámaras de pruebas y 325 canales para trabajos de desarrollo fruto de una inversión de 100 millones de dólares, ya se han analizado más de 150 tipos de células de baterías, según Ford.
Todo ello se enmarca dentro de un ambicioso plan de electrificación y conectividad para el que Ford invertir al menos 22.000 millones de dólares (más de 18.000 millones de euros) hasta 2025.
En lo que respecta exclusivamente a Europa, Ford ya ha anunciado que solo fabricará coches eléctricos desde 2030, y su gama de vehículos comerciales será cien totalmente eléctrica o híbrida enchufable para 2024.
Ford también está invirtiendo 1.000 millones de dólares (más de 800 millones de euros) en un nuevo centro de fabricación de vehículos eléctricos en Colonia para construir un coche totalmente eléctrico de gran volumen para los clientes europeos a partir de 2023.
Asimismo, en España Ford será una pieza clave para la gigafactoría de baterías y el centro de investigación de soluciones de almacenamiento que se prevé levantar en la Comunidad Valenciana, fruto de una asociación público-privada en la que participarán 23 empresas.
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