"Solo necesito estar contigo unos minutos. Te prometo que no podrás olvidarlo": parece la carta de un acosador pero fue una escalofriante campaña publicitaria de Fiat

"Solo necesito estar contigo unos minutos. Te prometo que no podrás olvidarlo": parece la carta de un acosador pero fue una escalofriante campaña publicitaria de Fiat
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HOY SE HABLA DE

"Ayer nos volvimos a ver. Nos cruzamos en la calle y noté que me mirabas con interés. Pero nuestra relación no pasa de esto y no quiero que siga así. Necesito conocerte y que me conozcas… ¿Quieres que tengamos una pequeña aventura?". Hay muchas campañas publicitarias de antaño que han envejecido mal y otras que tuvieron que ser prohibidas por incitar a realizar maniobras peligrosas como esta de Land Rover.

Esta declaración de intenciones entrecomillada forma parte de una de estas últimas. Se trata de una de las 50.000 cartas que Fiat decidió enviar de forma anónima a mujeres jóvenes allá por el 94. La marca quería promocionar el Fiat Cinquecento, pero acabó con una oleada de miedos justificados, psicosis y demandas.

Gracias a LUDD hemos podido rememorar la desastrosa campaña de Fiat que le valió titulares en la prensa: "Una publicidad de Fiat con cartas anónimas y 'sugerentes' siembra el pánico entre mujeres", publicaba El País en 1994. Y no fue ninguna exageración.

Imagina que tienes entre 20 y 28 años, que recibes una carta anónima, personalizada en un sobre rosa y en la que una persona (que tiene tu dirección) asegura que te cruzaste con ella y que la miraste con interés, y te pide tener una aventura: "Sólo necesito estar contigo unos minutos y, aunque lo nuestro no funcione, te prometo que no podrás olvidar nuestra pequeña experiencia juntos", eran algunas de las perlas anónimas de la carta.

Lo último que se te viene a la cabeza es "vaya, parece que Fiat quiere promocionar su nuevo modelo". Así comenzó a gestarse un clima generalizado de intranquilidad entre las mujeres que recibieron esta 'no publicidad' de Fiat, que no eran pocas.

Correo No Deseado

Según relataba la cabecera entonces, muchas de estas mujeres comenzaron a sentir un miedo real, a pedir a sus familiares y amigos que les acompañaran a casa e incluso a encerrarse ante lo que creían que era un psicópata que hasta les llamaba por su nombre de pila y les decía: "Estoy seguro de que estamos hechos el uno para el otro". Otras tuvieron que dar injustamente explicaciones a sus parejas.

La cosa se fue tanto de madre que tras una avalancha de protestas la firma italiana tuvo que mandar -aunque tardó unos días- una segunda carta esta vez sí firmada por Fiat, aclarando que se trataba de una campaña de marketing: "La campaña preveía jugar con el factor intriga, el amor y el romanticismo que suele rodear los anuncios televisivos de este coche", explicaba a El País el director de Relaciones Exteriores de Fiat en España, Alfonso Ortín. Según detalló, se habían hecho pruebas previamente con un resultado "positivo".

Cuando se supo el fin de estas cartas, los ánimos se encendieron y comenzaron las denuncias en comisaría. La broma le valió varias condenas judiciales a Fiat y una multa, y seguro que una buena lección de marketing.

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