El nuevo prototipo del Toyota FV2 presentado en el Salón de Ginebra 2014 (siendo FV el acrónimo de las palabras Fun Vehicle o lo que es lo mismo, vehículo divertido) representa lo que dentro de unos años podría ser la tónica general en cuanto a vehículos del futuro en el que la parte física y la emocional se unen en la conducción.
De esta forma, el conductor se conecta de una forma mucho más directa al vehículo (como por ejemplo en las motocicletas) de forma que se crea un vínculo que aumenta la diversión a medida que más se conduce, dejando a un lado el simple uso como medio de transporte.
Toyota FV2, cuando el control lo hace el propio conductor
La característica más sorprendente del nuevo Toyota FV2 es que se prescinde completamente del volante convencional. De esta forma, el control pasa a ser mediante el desplazamiento del cuerpo del conductor de forma que este se mueve intuitivamente tanto adelante como atrás o hacia los lados.
A su vez, el FV2 cuenta con una gran conectividad tanto con otros vehículos como con las infraestructuras de forma que se aumenta la información de seguridad disponible mientras circulamos y así poder realizar una conducción mucho más segura y exenta de accidentes.
Mediante la nueva tecnología Toyota Heart Project, el Toyota FV2 utiliza el reconocimiento de voz como de imagen para conocer el estado de ánimo del conductor y mediante el historial de recorrido acumulados, puede sugerir destinos e información sobre la conducción que ayuda al conductor a mejorar y desarrollar sus habilidades al volante.
Así mismo cuenta con Realidad Aumentada AR (Augmented Reality) situada en el parabrisas y la posiblidad de cambiar el color de carrocería y la proyección al exterior a voluntad, de forma que aumenta esa conexión de la que hablábamos entre el vehículo y el conductor.
¿Será así el futuro de la conducción?