La llamada “crisis del coronavirus” nos ha puesto a todos en una situación de confinamiento sin precedentes para nuestra generación. Las medidas llevadas a cabo por el gobierno, reflejadas en el Real Decreto 463/2020 aprobado el pasado 14 de marzo, son claras al respecto de cuándo podemos salir de casa y cuándo no.
Sin embargo, han surgido muchas dudas con respecto a, una vez que salimos de casa, cuál es la forma más adecuada o segura de hacerlo. Dejando claro que siempre hay que obedecer a las autoridades y seguir las recomendaciones de los expertos sanitarios, vamos a repasar cuáles son las ventajas e inconvenientes de las distintas formas de transporte que tenemos.
¿Es seguro ir al trabajo andando?
En los últimos días hemos conocido el informe de la OMS que concluye que el virus SARS-CoV-2 (causante de la enfermedad COVID-19) no se transmite por el aire per se, sino que tiene que haber inhalación de las denominadas gotículas, expulsadas por algún afectado por la enfermedad. La OMS se refiere con ello no solo a que nos tosan o estordunen a menos de un metro y medio de distancia, sino también en determinados casos cuando se está tratando a enfermos (tratamientos con aerosoles, procedimientos de intubación…).
Pero en todo caso las probabilidades son muy remotas, y prácticamente inexistentes si se toman las medidas que ya conocemos. Los expertos médicos nos aseguran que no existe riesgo por salir a la terraza o asomarnos por la ventana, y que podemos salir a la calle sin miedo. Eso sí, si bien el coronavirus no tiene porqué transmitirse por la ropa ni mucho menos por la suela de los zapatos, es conveniente echar las prendas a lavar y limpiarse las suelas de restos orgánicos. Es de hecho una medida básica si trabajamos en clínicas, hospitales o residencias de mayores.
En este sentido, podemos decir que ir caminando no implica ningún riesgo en sí mismo, por lo que puede ser una buena opción de movilidad si nuestro trabajo está cerca de casa. Pero sí puede entrañar riesgo todo lo que podemos llegar a hacer en el camino: interactuar con personas, sacar dinero del cajero, abrir puertas… Las partículas que emite un contagiado al estornudar no se quedan flotando en el ambiente, pero sí pueden depositarse en la superficie de objetos que posteriormente podamos tocar nosotros.
¿Podemos ir al trabajo en bicicleta?
El Real Decreto por el que fue declarado el estado de alarma en nuestro país responde indirecta pero concisamente a esta pregunta. En el punto 2 del Artículo 7 dice expresamente que “se permitirá la circulación de vehículos particulares por las vías de uso público para la realización de las actividades referidas”. De este párrafo podemos concluir que el uso de la bicicleta, como vehículo particular, está completamente permitido para ir a trabajar, realizar la compra, asistir a una persona dependiente…
Sin embargo, circular en bicicleta no está permitido como forma de ocio o de hacer deporte, como no lo está salir a pasear o a hacer running. Algunos ciclistas se han querido mover sobre esta línea para hacer algo de ejercicio en bici, y no han sido pocos los que han sido multados por la policía. Todo ello ha terminado por crear confusión y miedo entre los que habitualmente usan la bicicleta como forma de transporte para su día a día, y muchos han terminado por aparcarla en este periodo de cuarentena.
Está completamente permitido usar la bicicleta para ir a trabajar
No ayuda a la situación la indiferencia de las autoridades de nuestro país, que no han querido pronunciarse sobre el tema. En gran parte del mundo, desde China hasta Estados Unidos y pasando por Europa, muchos países presentan la bicicleta como una forma de transporte seguro con respecto a la COVID-19, además de práctica y saludable. En países de nuestro entorno como Alemania, Bélgica o Reino Unido lo promueven específicamente para la crisis sanitaria, incluso los sistemas de alquiler de bicicletas. En nuestro país, a pesar de ajustarse completamente a la legalidad, se han suspendido los principales servicios de bici compartida.
¿Podemos contagiarnos en el transporte público?
Si nuestro trabajo se encuentra a una distancia considerable de nuestro hogar, o directamente vivimos en otra localidad, es probable que la bicicleta no sea una alternativa. Muchos españoles se ven obligados a acudir a trabajar cada día en transporte público, por lo que el gobierno decretó que salvo en servicios esenciales, los trabajadores nos quedáramos en casa. Y en todo caso que, si podemos movernos de otra forma, dejemos el transporte público para quien realmente lo necesite.
El motivo es que, en el contexto de la crisis actual, el transporte público es el más inseguro de todos. Por un lado, porque supone la concentración de miles de personas en espacios reducidos, donde se multiplican las posibilidades de contagio por inhalación de gotículas (tos y estornudos). Por el otro, porque muchas superficies, como los asientos o las agarraderas, pueden quedar contaminadas precisamente por el gran trasiego de personas.
Con los taxis y VTC las posibilidades de contagio se reducen drásticamente
Los taxis y los vehículos VTC merecen consideración aparte, ya que en su caso las posibilidades de contagio se reducen drásticamente. No solo porque evitamos entrar en contacto con otros pasajeros, sino porque, como hemos visto, taxistas y conductores VTC se están afanando en desinfectar sus vehículos más allá de lo que la ley les obliga. En este sentido, el taxi y VTC se ha convertido en la mejor alternativa de transporte público para las personas de mayor edad.
¿Cómo de seguro es nuestro coche?
El nuestro coche podemos sentirnos como en casa, porque será tan seguro como precavido seamos nosotros. El único problema del automóvil particular con respecto al coronavirus es que su uso significa que nos hemos desplazado a algún lugar donde podemos contagiarnos, y que podemos contaminar nosotros mismos sus piezas y elementos.
Por eso es fundamental que extrememos las medidas de higiene, desinfectando a conciencia cada vez que cojamos el coche las distintas superficies que habitualmente tocamos. Las autoridades sanitarias recomiendan armarnos con guantes y bayetas desechables, y limpiar con solución de lejía elementos como el volante, los tiradores de las puertas o el pomo de la palanca de cambios.
Por lo demás, nuestro automóvil supone un compartimento estanco, para lo malo y para lo bueno. Para lo malo, porque si viajamos con otra persona, se multiplican las posibilidades de contagio si alguna de los dos portamos el virus. Por eso la normativa prohíbe expresamente conducir acompañados, y de tener que hacerlo (porque se trate de una persona impedida), la otra persona debe ir situada en las plazas traseras.
Pero el automóvil particular también nos ofrece más seguridad y privacidad que el transporte público (incluido taxis y VTC), por lo que lo convierte en la forma de transporte más segura si tenemos que cubrir largas distancias. No en vano, una de las claves del éxito de países como Corea o Alemania es la realización de los test drive-in o drive-through, esto es, acudir a la prueba en nuestro coche y someternos a la misma sin bajarnos. Así que, si tenías reparos en coger tu Toyota estos días, no tengas dudas siempre que sea por motivos justificados y cumpliendo las medidas de higiene.
Imágenes | Unsplash: Free To Use Sounds, tam wai, Joe Kibria, sammy joonhee | Toyota Sala de Prensa