El avance de la tecnología ha permitido que los vehículos sean cada vez más fiables; pero, aunque sufrir una avería no está entre nuestra lista de preocupaciones, siempre es algo para lo que tenemos que estar preparados.
Ser prevenidos nos puede ayudar a evitar riesgos innecesarios, es un poco como conocer dónde están las salidas de emergencia si vamos al cine o saber dónde está el puesto de la Cruz Roja en la playa. Como diría aquel: “mas vale prevenir que curar”.
¿Qué hago si sufro una avería?
Punto número uno y fundamental: mantén la calma. Efectivamente, se trata de un hecho inesperado, desagradable, inoportuno... Sí, todo lo que tú quieras, pero el coche ya no anda más y ahora lo que hay que pensar es cómo solucionar la papeleta de la mejor forma posible.
Lo primero: mantener la calma y actuar de forma responsable
Algo fundamental es detenerte en lugar seguro. No siempre es posible porque a veces el coche nos dice eso de “hasta aquí hemos llegado”; pero, si podemos, es mejor avanzar hasta encontrar un sitio suficientemente seguro –aun a riesgo de que se pueda agravar la avería–. La seguridad ahora es lo primero.
Una vez detenido, tenemos que hacernos ver, sobre todo si estamos en un arcén o en un lugar potencialmente peligroso. Enciende las luces de emergencia y apaga el motor si es que no se ha apagado antes. Ponte el chaleco reflectante dentro del coche y, cuando vayas a salir, asegúrate de que no viene nadie antes de abrir la puerta.
Una vez fuera del coche, coloca los triángulos de peligro y, si tienes algún dispositivo que te pueda ayudar en la señalización, utilízalo. Recuerda, estás en un lugar donde no suele haber peatones y el resto de los conductores no esperan ver a nadie, por lo que es muy fácil que se sorprendan y puedan hacer una maniobra brusca.
Si circulas por la carretera, hazlo por el arcén y, si puedes, hazlo fuera de ella. Una vez asegurada la zona, ponte en contacto con tu servicio de asistencia en carretera y si es necesario con los cuerpos de seguridad.
Las averías avisan, a veces con antelación
Nuestra actuación va a depender en gran medida del tipo de avería. En todo caso, la gran mayoría de las averías avisan con tiempo. Si se trata de una avería mecánica, se pude detectar de varias formas con antelación, como por ejemplo ruidos que cada vez son más notorios, funcionamiento anormal o tirones, entre otros síntomas.
Presta atención al comportamiento del coche para prevenir una posible avería
Si, por el contrario, es una avería eléctrica, aunque estas suelen ser más repentinas, normalmente el vehículo nos va a avisar a través de un testigoen el tablero de mandos. Además, hay otros síntomas que nos pueden avisar de que va siendo hora de llevar el coche al taller. Por ejemplo, el humo que sale por el tubo de escape, el color y la densidad nos podrán dar muchas pistas sobre un potencial problema.
De cualquier modo, antes de iniciar un trayecto conviene hacer un pequeño chequeo del coche, invertir un poco de tiempo previamente nos puede evitar males mayores.
¿Y si hay ocupantes?, ¿y niños?
Mucho de lo dicho anteriormente es aplicable al resto de los pasajeros. Estos deben colaborar en la medida de lo posible, pero siempre siguiendo todas las normas de seguridad.
Si no es posible encontrar una zona segura, una opción es permanecer en el vehículo con el cinturón de seguridad abrochado
En caso de que sea imposible encontrar una zona segura (por ejemplo, nos encontramos en un puente), una opción es permanecer en el vehículo con el cinturón de seguridad abrochado. Si viajas con niños, no hay que perderlos de vista ni un segundo, deben estar siempre controlados y lo más lejos posible de la zona de peligro.
No se trata de una parada de placer y lo prioritario es la seguridad. Por tanto, a pesar de que el menor no entienda las medidas que se tomen, siempre las deberá acatar. Junto a los riesgos viales, hay que tener en cuenta otros como la temperatura, la radiación solar o la peligrosidad del entorno.
Lo que nunca hay que hacer
¿Te has llevado alguna vez las manos a la cabeza viendo cómo alguien pretende cambiar una rueda en el arcén y está trabajando casi en medio del carril? Pues esa es una de las cosas que nunca hay que hacer, por ejemplo.
Tampoco se debe permanecer en la calzada más tiempo del necesario, algo muy típico es ver cómo alguien que circula por el arcén para colocar el triángulo va hablando por teléfono. Sí, el tiempo es muy importante, pero el ir hablando por el móvil en esa situación, en que tan necesitados estamos de actuar con la máxima seguridad, no es la mejor de las ideas.
Una cosa es no ponerse nervioso y otra estar "demasiado relajado"
Por supuesto, durante la parada y sobre todo teniendo en cuenta al resto de los acompañantes, no es momento de moverse ni de jugar ni de explorar los alrededores. Algo que hace unos años no diríamos, pero que hoy debemos hacer: no es necesario subir el acontecimiento a las redes sociales e interactuar con amigos o conocidos en esta situación. Una cosa es no ponerse nervioso y otra es estar “demasiado relajado”.
Asimismo, es importante mantener la batería del móvil, por lo que todo uso no imprescindible puede dar lugar a que, cuando realmente lo necesitemos, nos hayamos quedado sin energía.
Lugares y momentos muy peligrosos
En ciertas zonas o momentos del día las averías suponen un gran riesgo para la circulación
Si sumamos a la avería algunas circunstancias de tiempo o lugar, nuestra precaución debe ser extrema. Lugares especialmente peligrosos son los túneles, puentes, cambios de rasante, zona de curvas o zonas con fuertes terraplenes y desniveles.
En relación con las condiciones climatológicas, debemos extremar las precauciones a la salida y puesta de sol, durante la noche y en caso de niebla, nieve o lluvia intensa. Todos estos factores pueden provocar que el resto de los usuarios no nos vea con la antelación suficiente y, en algún caso, inducir a una maniobra brusca.
Atropellos en carretera, un riesgo en las averías
Cuando pensamos en peatones atropellados, se nos vienen a la cabeza los accidentes en ciudad, pero las cifras de atropellos en carretera son muy llamativas. En el pasado 2019, según los datos de la Dirección General de Tráfico, fallecieron atropellados en carreteras interurbanas 134 peatones. La gran mayoría de los atropellos se producen en carreteras convencionales, pero también se dan en autopistas y autovías.
Las carreteras no son lugares seguros para transitar como peatón. La alta velocidad de los vehículos hace que, a diferencia de los atropellos que ocurren en ciudades, resulte prácticamente imposible la supervivencia del peatón. Por otra parte, la sorpresa del conductor al ver a un obstáculo inesperado también contribuye a este fatal desenlace.
El índice de letalidad al reparar un vehículo en la calzada y ser atropellado es de un 36 %
Según un estudio realizado por el RACE, si bien los atropellos al reparar un vehículo no son los más numerosos, sí que son los más letales. Por ejemplo, el índice de letalidad al reparar un vehículo en la calzada y ser atropellado es de un 36 % y, al subir o bajar del vehículo, es de un 22,2 %. Son cifras que se encuentran muy por encima de otras circunstancias, como pueda ser la de atravesar una intersección, que es del 7,4 %.
Detección de peatones: Sistema de Seguridad Precolisión
Pero si la tecnología puede evitar averías, también avanza en el sentido de ayudar al conductor a detectar peligros. Esta es una de las premisas del Sistema de Seguridad Precolisión con detección de peatones y ciclistas de Toyota que forma parte del conjunto de sistemas de seguridad activa y ayuda a la conducción Toyota Safety Sense.
Detecta y protege a los peatones con sensores, láser y otras innovaciones que se basan en reconocer las siluetas humanas (o animales) y calcular todas las posibilidades de colisión y las posibles soluciones que minimicen los daños. Este sistema actúa tanto de día como de noche, avisando al conductor y siendo sus ojos en la carretera.
Gracias a esta solución, junto a otros Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor, también conocidos como ADAS por sus siglas en inglés, aumentaremos la seguridad mientras conducimos. Eso sí, si hemos sufrido un percance, como decíamos al principio, lo mejor es mantener la calma y adoptar una actitud responsable siguiendo pautas como las que hemos esbozado en este artículo.
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