Los coches híbridos combinan dos motores para circular, el motor de combustión tradicional incorporando las últimas tecnologías en cuanto a consumos y emisiones, y un motor eléctrico que sirve de apoyo al de combustión y ayuda mucho a reducir los consumos en recorridos urbanos. Mejoran la eficiencia del motor convencional en todos los sentidos gracias a su modo eléctrico, perfecto para la ciudad.
Una característica que notamos cuando circulamos en modo eléctrico es el silencio que nos rodea por la falta de vibraciones y ruido del motor, pero lo realmente interesante de los coches híbridos es que están diseñados para conseguir una eficiencia de consumos máxima con cada configuración posible de motor de combustión más motor eléctrico. ¿Cómo?
Esto se consigue con un órgano de gestión bien diseñado que determina en cada momento qué motor entra en acción. Y se consigue también por la utilización de cajas de cambio automáticas, ¿por qué? Y, ¿podría conseguirse la misma eficiencia con cambios manuales?
Cajas automáticas que cambian de marcha en un abrir y cerrar de ojos
La razón es muy simple: la caja de cambios automática funciona mucho más rápido de lo que puede engranar marchas el piloto más avezado, pero lo más importante es que siempre lo va a hacer en el punto óptimo de régimen del motor, de forma que el par motor transmitido a las ruedas motrices sea el máximo posible.
Como la eficiencia de consumo y de emisiones es uno de los pilares de los coches híbridos, es lógico que todos los sistemas asociados a estos coches sean a su vez óptimos. Con un cambio manual podemos tardar entre décimas de segundo y un par de segundos con cada nuevo cambio, por no hablar de que no los haremos exactamente a las mismas revoluciones, tan solo nos aproximaremos.
Todos los consumos cuentan: desde ese consumo extra con el que penalizamos cuando estiramos demasiado una marcha, hasta esas décimas de segundo en las que desaprovechamos el freno motor a la vez que frenamos. Además, hablando de frenado, los sistemas del coche híbrido consiguen aprovechar la energía sobrante cuando accionamos el sistema para recargar la batería del motor eléctrico.
Así que esta es la razón de que los coches híbridos sean automáticos: optimizar la eficiencia de consumos y aprovechar al máximo el par motor para sacarle el máximo partido al coche. Y además, como bola extra, aumenta el confort en orden de marcha.
