Cuando uno se pasa los días sentado al volante, haciendo kilómetros y kilómetros y, posiblemente, soportando la tensión que se genera en los atascos, o con una postura de conducción que es casi la perfecta, pero no llega a serlo, surgen los problemas. Y son problemas físicos, porque la falta de ergonomía al volante se traduce casi con un 100% de probabilidades en lumbalgias, dolores cervicales y malestar.
Hay que decir que estas lumbalgias y los problemas de espalda, en general, no son exclusivos de los transportistas y conductores profesionales. Cualquiera puede sufrir esas penalidades porque, básicamente, no encuentra la postura correcta, ni en el coche, ni en su trabajo o en su casa. Hay que pensar que la ergonomía en el coche está muy bien, pero si luego trabajamos ocho horas sentados frente a un ordenador con una postura perjudicial, con el coche no haremos sino empeorar la situación.
Si nos centramos solo en el coche, encontrar la posición de conducción perfecta es fundamental. Sobre esto hay mil y un tratados, pero cada persona debe encontrar la mejor posición posible para que el impacto sobre la espalda, y sobre la parte baja en concreto, sea el menor posible. Influirá, además, el estado de forma de la zona lumbar, si sufrimos de sobrepeso, o no, y también si mientras conducimos somos dados a cierto tipo de movimientos que no ayudan en nada. Por ejemplo, los fumadores se mueven constantemente en busca del cigarrillo, para utilizar el cenicero, etc.
Cómo mantener la postura perfecta para conducir
Lo primero es que hemos de ajustar la posición de conducción. Esto es algo que debemos hacer habitualmente, y sobre todo si alternamos el coche con nuestra pareja, o si alquilamos un coche. Encontrar la postura idónea es fundamental para no sufrir lumbalgia, o cualquier problema de espalda. Para hacer esto, debemos revisar y ajustar estos puntos esenciales:
- Nos sentamos con la espalda pegada al respaldo, y ocupando el ángulo entre respaldo y asiento. Regular el respaldo a la inclinación adecuada es importantísimo, y no debemos ir demasiado reclinados, ni demasiado erguidos.
- Seguidamente colocaremos el asiento a la distancia correcta de los pedales. Para esto tomamos como referencia el pedal de embrague, pues debemos ser capaces de pisarlo hasta el fondo y que nuestra rodilla se encuentra todavía un poco flexionada, jamás completamente estirada.
- Colocaremos el reposacabezas de forma que la parte superior del mismo coincida con la parte superior de nuestra cabeza, y lo más pegado posible a nuestra nuca, que no haya más de dos centímetros de separación.
- Colocamos el volante, tanto regulando su altura como regulando la distancia en profundidad. Para colocar el volante correctamente, debemos ser capaces de apoyar una muñeca en la parte superior del mismo, sin separar los dos hombros del respaldo del asiento. Así, en todo momento, tendremos los brazos algo flexionados.
- Ajustamos el cinturón de seguridad, tirando de la banda diagonal hacia arriba para ajustar la cadera.
De esta forma seremos capaces de mantener la espalda correctamente apoyada en todo el trayecto y gozaremos de una posición cómoda para realizar cualquier maniobra, ya sea accionando los pedales con comodidad, o moviendo el volante. Este movimiento debe ser fluído, sin cruzar los brazos y manteniendo en todo momento los brazos algo flexionados.
Por ejemplo, para girar hacia la derecha empezaremos el movimiento con la mano derecha, tirando, y con la mano izquierda empujamos el volante. Cada mano no debería salirse de "su mitad" del volante, para no solo conducir con mayor comodidad y una mejor postura, sino para hacerlo con mayor seguridad.
Algunas pautas para evitar los dolores de espalda y cualquier molestia por una mala ergonomía son no conducir más de 200 kilómetros sin parar, bajar del vehículo y "estirar las piernas", y no hacer otras actividades dentro del coche, como por ejemplo, fumar, ya que con eso lo que hacemos (aparte de ahumar el coche y perjudicar seriamente nuestra salud) es cambiar de postura y forzar la maquinaria.
No olvidemos la ergonomía en todas las actividades que hacemos a diario
Un error frecuente es pensar que el coche es lo peor para nuestra postura, y olvidar que mientras trabajamos en la oficina podemos estar manteniendo posturas atroces, igual que en casa, en nuestro sofá, o durmiendo plácidamente. La ergonomía no es algo que se restrinja a una sola actividad, sino que influye en todas, y en todas debemos cuidarla.
Aunque mantengamos posturas correctas en el trabajo y en el coche, basta coger en brazos a nuestro hijo en una postura forzada para provocar un dolor que puede ir a más. Por eso, a pesar de que aquí hablamos exclusivamente de coches, es conveniente recordar lo importante de dar cariño a la ergonomía en todo lo que hacemos en la vida cotidiana.