Ahora que ya sabemos cómo y cuándo se recargan las baterías de un vehículo híbrido, es el turno de entender en qué momento nuestro vehículo decide utilizar uno u otro motor, es decir, el motor de combustión o el motor eléctrico.
Para ello, la centralita que controla todo el sistema HSD (Hybrid Synergy Drive) recoge un montón de parámetros (velocidad, carga de la batería, porcentaje de apertura del acelerador, temperatura, etc...) de los distintos sensores repartidos por el vehículo y en función de ello decide en todo momento cuál es la mejor solución para mover el vehículo de la forma más eficiente posible.
¿Qué motor utilizar? ¿El eléctrico? ¿El de combustión? ¿Ambos?
La utilización de cada uno de los motores dependerá en muchos casos del uso que le estemos dando a nuestro vehículo híbrido. Por ejemplo, por debajo de los 50 km/h y con suficiente carga en las baterías, nos desplazaremos completamente en modo eléctrico. Es decir, será el motor eléctrico y las baterías las que nos impulsaran, no consumiendo ni un litro de gasolina y por lo tanto, no emitiendo nada a la atmósfera.
En el caso de que la batería así lo requiera, se pondrá en marcha el motor de combustión que será el encargado de recargar la batería. El beneficio de este funcionamiento es que la eficiencia es máxima ya que no se produce ningún tipo de pérdida de energía por rozamiento y otras causas sino que prácticamente toda la energía consumida por el motor de combustión se convierte en energía eléctrica acumulada.
Cuando circulamos a velocidad de crucero, el sistema HSD combina uno u otro motor en función de las necesidades. Podemos encontrarnos circulando sólo con el motor de combustión, con el eléctrico o con los dos. Incluso una parte de la energía del motor de combustión se utiliza para recargar de igual forma las baterías.
En fases de gran demanda de energía, por ejemplo en un adelantamiento o en un carril de incorporación a la autopista, tanto el motor de combustión como el eléctrico funcionan conjuntamente para dar la máxima potencia posible al vehículo y realizar la maniobra con total seguridad. Una vez finalizado esta fase, el sistema HSD volverá a funcionar en el anterior modo, el de crucero.
Por último, cuando estamos frenando, el motor eléctrico para a convertirse en generador, siendo él quien gire gracias a la energía de las ruedas, produciendo electricidad que se volverá a acumular en las baterías. Es lo que se denomina frenada regenerativa.
Por supuesto que cuando nos encontramos detenidos en un semáforo o en un atasco, ningún motor estará funcionando y gracias a ello, nuestro gasto de combustible será nulo.