Hemos tenido la oportunidad en Espacio Toyota de tener una breve toma de contacto con uno de los vehículos más carismáticos de la marca nipona, el 4x4 Toyota Land Cruiser. Un auténtico todoterreno que no cae en el error de comprometer su ADN "salvaje" por intentar urbanizar en exceso su propuesta.
El Land Cruiser tuvo una importante actualización, tecnológica y de diseño, a finales del 2013. Continúa así la evolución de este imponente modelo que lleva ya más de 60 años en el mercado. Os contamos nuestras impresiones sobre su diseño y la experiencia de conducción.
Diseño del Toyota Land Cruiser. Trazos decididos, elegancia contundente
El diseño exterior del Land Cruiser se ha caracterizado siempre, a lo largo de varias generaciones, por combinar una estética elegante con una robusta apariencia de durabilidad y potencia como es de esperar en un vehículo de estas características.
El Land Cruiser impone. Nada más acercarte a él percibes que, efectivamente, esta bestia mira por encima del hombro, literalmente, a SUVs y otro tipo de vehículos con pretensiones de todoterrenos pero que no pueden pasar de "todocamineros".
La imagen del nuevo Land Cruiser combina un frontal elevado y la estructura vertical de dos niveles que logra reforzar la impresión de robustez, la fiabilidad y la capacidad todoterreno del 4x4 de Toyota. Destaca la nueva parrilla frontal, una verdadera declaración de intenciones. Sus cinco gruesas barras verticales logran que el frontal sea aún más potente y acentúan el aspecto de solidez del Land Cruiser.
Me gustaron particularmente los nuevos grupos de pilotos traseros que tienen un diseño con resaltes o tridimensional. Cristal claro con partes en rojo con el emblema "Land Cruiser" integrado. Este 4x4 está orgulloso de sí mismo y lo demuestra con este tipo de detalles.
Las ópticas delanteras son muy dinámicas, también tienen el arriba mencionado emblema en la carcasa, y se integran muy bien con la parrilla delantera y los pasos de rueda que son necesariamente generosos. Según versiones pueden incluir luces de circulación diurna tipo LED.
La silueta lateral del Land Cruiser consigue ser armoniosa en general y sus 4.780 mm de longitud son soportados por unas buenas llantas de 18 pulgadas y doce radios que cumplen muy bien con la labor de aportar redondez, nunca mejor dicho, al conjunto.
Interior y habitabilidad
Desafortunadamente no pude realizar un test de las capacidades más "agrestes" del Toyota Land Cruiser, así que me centraré en los aspectos de habitabilidad y conducción en asfalto de esta unidad de prueba que por cierto tenía transmisión automática y motor turbodiesel de 190 caballos y 420 Nm de par.
El diseño del salpicadero presenta una clara forma horizontal en cuyo centro encontramos una consola con orientación vertical. En la parte superior, encontramos el panel de control de sonido en tono metalizado mate. Justo debajo la pantalla a color de 7” (con el nuevo sistema Touch 2 & GO del que os hablaremos en otro artículo) hecha de menos de vez en cuando algo que le haga sombra. Más abajo los mandos del climatizador y los de control de tracción está a perfecto alcance de la mano.
El espacio en las plazas delanteras es muy amplio, y los asientos te acogen de manera cómoda y también sujetan lateralmente con eficacia. Esto es importante ya que los zarandeos en un Land Cruiser serán habituales y es muy importante que la posición de conducción sea lo más estable posible. La visibilidad es extraordinaria.
Hay varios huecos para guardar objetos o sujetar las bebidas, todos de generoso tamaño especialmente el espacio de dos niveles bajo el apoya brazos central. La calidad del interior es muy buena y claramente prima la funcionalidad.
En la segunda fila de asientos hay espacio de sobra para la cabeza y las piernas. El ocupante de la plaza central no se quejará demasiado gracias al buen mullido y la discreta altura del túnel de transmisión. Las dos plazas extra de la tercera fila se despliegan manualmente, existe un sistema eléctrico opcional, y el acceso a ellas es correcto.
El maletero tiene 553 litros de capacidad con los asientos de la tercera fila plegados (bajo el piso). Se puede acceder a él abriendo el enorme portón de de apertura lateral o la práctica, incluso imprescindible diría yo, apertura vertical de la luna trasera.
Al volante del Land Cruiser
Al volante el Land Cruiser es impresionante, la sensación es de un vehículo que podría con todo, el tono algo áspero del motor diésel de 3.0 litros aporta también su toque a la ecuación. La solidez es más que evidente y la dirección asistida cumple muy bien su labor.
Varios modos de tracción y el sistema de ayuda al desplazamiento lento "Crawling Assist" aseguran que conductores noveles y experimentados encuentran la ayuda que puedan necesitar.
En el asfalto el Land Cruiser se siente algo incómodo comparado con su soltura fuera de él. La dirección podría ser algo más directa, aunque transmite bien. Es confortable pero los cabeceos en frenadas y balanceos en curvas se sienten en parte por la arquitectura de carrocería sobre chasis que Toyota sigue empleando en este modelo debido a su probada eficacia para uso todoterreno. La caja de cambios automática es bastante suave y de velocidad correcta. Se puede utilizar en modo secuencial.
El nuevo Land Cruiser cuenta con un sistema de suspensión revisado, de doble triángulo independiente delante y de cuatro brazos con barras laterales detrás. La amortiguación se han optimizado para garantizar la fiabilidad y mejorar la estabilidad de manejo y el confort de marcha.
Y es que como comentábamos al comienzo del artículo, Toyota tiene claro que el Land Cruiser tiene que seguir manteniendo su mítica fama. Un vehículo que aún siendo refinado y tecnológicamente avanzado ha de ser apto para situaciones en las que se ha de lidiar con condiciones de vida o muerte.
En Espacio Toyota
Toyota Land Cruiser 2014 (I): conocemos a fondo el nuevo restyling Toyota Land Cruiser 2014 (II): toda la tecnología que incorpora Toyota Land Cruiser 2014 (y III): motorización y potencia
