Tesla Motors ha iniciado una persecución judicial en contra del que fuera responsable del desarrollo de su tecnología de piloto automático durante los dos últimos años, Sterling Anderson. La cuestión es bastante compleja, pues Anderson anunciaba su marcha de Tesla el pasado diciembre para acometer su propia aventura empresarial junto a, curiosamente, otro nombre de referencia en el sector, Chris Urmson.
Este último había sido el jefe de desarrollo del coche autónomo de Google desde 2009, contratado por la compañía subsidiaria Alphabet. Urmson y Anderson se habían lanzado en solitario con Aurora Innovation, creada el pasado agosto y también concentrada en las tecnologías de conducción autónoma. Desde Tesla creen que Anderson se habría beneficiado indebidamente gracias a su trabajo para ellos.
Como evidentemente no conocemos qué datos confidenciales propiedad de Tesla está utilizando Anderson, no podemos resolver la duda principal de todo este asunto: ¿ha abusado Anderson de sus antiguos privilegios en Tesla o se trata de una estrategia rencorosa de Tesla para tratar de desbaratar los planes de su nuevo competidor?
Será la justicia californiana la que se encargue de dilucidar esta cuestión, no poco relevante a tenor de cómo las compañías están tratando no quedarse atrás en lo que a conducción autónoma se refiere. Y es que Urmson, por su parte, ha mantenido contactos con cuatro de los cinco grandes grupos de la industria (a saber: Toyota, Volkswagen, Hyundai, General Motors y Ford).
Tesla busca además que la justicia bloquee los intentos de Anderson de llevarse consigo a empleados de su anterior departamento. Este tipo de circunstancias no son para nada extrañas en Silicon Valley, ni tampoco para Tesla, que ya denunció en el pasado a exempleados por motivos similares.
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