La historia de Fisker Automotive, el fabricante norteamericano que nos trajo el Fisker Karma, fabricado en Finlandia desde 2011, es un culebrón. El Karma se vende como un coche eléctrico de autonomía extendida, aunque es más bien un híbrido enchufable. Durante todo 2013, declarada Fisker en bancarrota, se han postulado como posibles rescatadores varios nombres.
Los dos que más han sonado han sido la corporación china Wanxiang, y el multimillonario hongkonés Richard Li. Estando muy interesados ambos, ha habido guerra de pujas para hacerse con el control total de Fisker Automotive.
Después de 19 ofertas, el tribunal de cuentas que gestiona las empresas en suspensión de pagos en los EE.UU., finalmente ha otorgado a la corporación Wanxiang que se haga con la compañía, por una oferta total de 149,2 millones de dólares, unos 108,84 millones de euros al cambio actual. No olvidemos que Wanxiang había comprado a A123 Systems por algo más de 257 millones de dólares, unos 187,48 millones de euros al cambio, que es el proveedor de las baterías del Fisker Karma.
Corporación Wanxiang es el mayor proveedor de partes y componentes de automoción de China. Ha prometido reanudar la fabricación del Fisker Karma, híbrido enchufable, pero también lanzará una versión con motor V8 de gasolina, el Fisker Destino, que en esencia es un Karma con ligeros retoques estéticos, sobre todo en la parte frontal, parrilla y paragolpes.
Vía | Autopia En Motorpasión Futuro | Fisker Karma
