La infraestructura de recarga pública es fundamental para ayudar a utilizar los vehículos eléctricos, y en particular los coches eléctricos. Su autonomía es la que es, todavía limitada para ciertos usos, pero si al menos se pueden encontrar puntos de recarga con facilidad, se puede aprovechar cualquier rato que el coche esté aparcado para recuperar unos cuantos kilómetros de autonomía.
Algo que todavía ayuda más es que esos puntos sean de recarga rápida. Primero porque en mucho menos tiempo se pueden recuperar más kilómetros de autonomía, segundo por la garantía de seguridad y tranquilidad que da a los propietarios saber que en caso de necesidad, con unos 15 a 30 minutos pueden recargar su coche.
No debemos obviar que el conocimiento del propio coche eléctrico, de los trayectos habituales y de la ubicación de los puntos de recarga, ayuda mucho a perder el miedo a quedarse sin autonomía, y al final, tal y como muestran datos de uso real, los conductores de coches eléctricos terminan conduciendo más kilómetros que los de coches de combustión.
Puntos de recarga rápida junto a autopistas
Entre otras, la experiencia en Japón con la extensión de la infraestructura de puntos de recarga rápida CHAdeMO confirma esto. En una de las autopistas con más tránsito del país se ha creado un corredor de estaciones de recarga rápida.
Es la vía entre Tokio, la capital de Japón, y Nagoya, la cuarta ciudad más grande del país y capital de la industria automovilística japonesa, al suroeste. Tiene unos 350 km de distancia.
Cuando no había puntos de recarga, el uso que los vehículos eléctricos hacían de ella era muy bajo. Cuando se instalaron dos puntos de recarga, se animaron a usarla el 19% de los conductores de coches eléctricos. Ahora que ya hay seis puntos, estratégicamente colocados, el porcentaje ha subido al 46%.
La creación de estos corredores es una alternativa para poder hacer viajes medio-largos en coche eléctrico. En Holanda por ejemplo también hay varios puntos de recarga rápida en estaciones de servicio de las autopistas, y siendo además un país más bien pequeño, se puede recorrer casi sin miedo con un coche eléctrico.
En Noruega, donde el coche eléctrico está realmente popularizándose, ya hay más de 60 puntos de recarga rápida, además de múltiples aparcamientos específicos para coches eléctricos con tomas de recarga en todas las plazas.
Lo mismo se está haciendo en el sur de Francia, y en la costa oeste de los Estados Unidos (con un corredor de norte a sur). Con iniciativa privada, y un poco diferentes, también sabemos que Tesla Motors está instalando supercargadores cada cierta distancia en torno a las principales autopistas de EE.UU.
En España, ya sea con iniciativa pública (algo difícil hoy en día), ya sea con iniciativa privada, se debería de tomar ejemplo y pensar en una red de recarga colocada inteligentemente para que sea práctica y útil.
Sería de agradecer además que las estaciones de recarga que se instalen cuenten con varias tomas diferentes, válidas para recargar distintos modelos (CHAdeMO, Mennekes, etc).
Un tema que también hay que tratar es el precio a cobrar por la recarga rápida. En algunos casos se está dando gratis a clientes, o de manera temporal, en otros se cobra del orden de 5 euros. A priori, considerando que la recarga rápida debería ser algo ocasional, el coste no debería ser demasiado preocupante, de cara al coste por kilómetro global del coche eléctrico.
Para todo esto sería muy importante la coordinación y consenso entre los diferentes agentes que participan, públicos o privados (marcas de coches, compañías energéticas), y de la administración local, autonómica o estatal.
En Motorpasión Futuro | Repasando todos los puntos de recarga rápida en España