BMW aspira a aumentar considerablemente las matriculacones de su coches eléctricos en todo el mundo para el próximo año. De este modo, y según ha señalado su propio CEO, Harald Krueger, los alemanes quieren superar las 100.000 unidades eléctricas entregadas en 2017.
Se trata de una cifra bastante ambiciosa, teniendo en cuenta, por ejemplo, las 80.000 entregas que se marcaba de objetivo Tesla Motors a principios de año, y que en la actualidad tiene complicado alcanzar. Como inspirado por los californianos, BMW quiere despejar las dudas que se ciernen sobre la serie i y el resto de su flota de enchufables con un ascenso en el mercado.
Para ello parece que no les valdrá tan solo con la estela de nuevas reservas generadas por la última versión del BMW i3, con baterías de 33,2 kWh, o la puesta en el mercado de un puñado de híbridos enchufables como el BMW 330e. Tendrán que esforzare en la producción, distribución y promoción de su gama enchufable en los mercados clave. Por ejemplo, la falta de disponibilidad de sus eléctricos en Estados Unidos ha jugado en su contra en muchas ocasiones limitando sus matriculaciones.
Por su parte, Krueger culpa curiosamente a la baja demanda para justificar sus ventas, que aunque que en los primeros siete meses del año no llegaron a las 25.000 unidades, apuntan que cerrarán 2016 alcanzando las 60.000. Lo cierto es que son semanas, no tanto de cambios, sino de replanteamientos en BMW con la movilidad eléctrica.
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