Ford presentó en 1961, en el Salón del automóvil de Nueva York, un prototipo futurista de clara inspiración aeronáutica, que más allá de pensar en turbinas, por los aviones de reacción que estaban en auge desde finales de los años 40 sobre todo en la década de los 50, pensaba en aerodinámica. Era el Ford Gyron.
Este modelo se construyó a escala real pero sin embargo no era realmente operativo, tratándose solo de un concept car de exposición. Ford decidió que el coche no pasaría a producción y que sería un proyecto de ensayo e investigación, entre otras cosas en lo que respecta a su tecnología giroscópica de estabilización.
Ford Gyron: coche giroscópico de dos ruedas
El Ford Gyron debe su nombre a que se trataba de un coche giroscópico. Era un automóvil de solo dos ruedas en línea, como una motocicleta, que teóricamente se autoestabilizaba mediante un sistema giroscópico hidráulico (el sistema no se llegó a instalar en el prototipo).
Solo cuando se circulaba a muy baja velocidad, o el coche estaba detenido, aparecían dos pequeñas ruedas traseras que garantizaban que el coche no se volcara. Estas ruedas se escamoteaban y ocultaban en la carrocería en marcha.
Detrás de su primer diseño, que empezó a desarrollarse en 1956, estaba el notable diseñador futurista Alex Tremulis, que tenía una fuerte inspiración en el mundo de la aviación, aeroespacial, futurismo, ciencia-ficción, e incluso de los ovnis. De hecho su carrera de diseñador comenzó para la fuerza aérea estadounidense.
Antes de llegar a Ford trabajó para otros fabricantes. A él le debemos el Chrysler Thunderbolt de 1941 o el Tucker Torpedo de 1948. En Ford Motor Company forma parte del equipo de diseño de vanguardia de la marca americana, el Styling Studio Advanced, donde también trabajan entre otros Jim Powers, el diseñador del Ford Nucleon.
McKinley Thompson, Bill Dayton, John Najjar y Syd Mead participaron también en el diseño final del prototipo. Syd Mead puede que sea más conocido por sus diseños para cine en los años 80, para películas como Blade Runner, Tron y Aliens. El aspecto de pequeña nave espacial o coche volador del Ford Gyron es incontestable.
El Ford Gyron medía 5,31 m de largo, 2,18 m de ancho, 1,14 m de alto y 2,72 m de batalla. Su diseño era en forma de delta, más estrecho en la parte delantera que en la parte trasera, para reducir superficie frontal, y ser muy aerodinámico y más eficiente. La aerodinámica fue una máxima en casi todos los diseños de Tremulis.
Tenía dos plazas en paralelo, una cabina de tipo carlinga, acristalada y que se abría hacia arriba para acceder al interior. Los asientos estaban moldeados en fibra de vidrio y resina plástica y se realizaban de una sola pieza (como las sillas Eames de los 50).
No tenía volante, sino un dial de disco y botones, en una consola entre los dos asientos. Con el dial se dirigía el coche, se aceleraba o frenaba, y con los botones se insertaba la marcha atrás, y se controlaban otras funciones. El cuadro de instrumentos era directamente una pantalla de televisión (es curioso que ahora tenemos ya cuadros de instrumentos que son una pantalla LCD).
El giroscopio: para tener estabilidad
El Ford Gyron no fue el primer coche giroscópico (o girocoche, como lo llaman en inglés, gyrocar), pero tiene el valor de haber sido el mejor diseñado, con el apoyo de un fabricante muy grande.
El concepto en sí de autoestabilización mediante giroscopio se atribuye al ingeniero mecánico australiano-irlandés Louis Brennan, de la segunda mitad del XIX, cuando presentó en 1903 un monorraíl autoestabilizado, y construyó un prototipo funcional en 1909.
Fue en 1912 cuando se presentó el primer coche giroscópico, el Shilovski Gyrocar, del que se construyó un prototipo utilizable por Wolseley, que se mostró en Londres en 1914. Bajo los asientos delanteros llevaba dos giroscopios de 91 kg cada uno, que giraban en sentidos opuestos, movidos por motores eléctricos.
Un giroscopio es un dispositivo mecánico con simetría rotacional, normalmente con forma de esfera que suele estar formado por un disco o esfera central y tres anillos concéntricos, unidos mediante una articulación cardan que les permite girar libremente unos con respecto de otros (más información en la Wikipedia).
El primer giroscopio (o giróscopo) lo inventó Léon Foucault en 1852. En lo básico es algo así como una peonza cuando gira perfectamente con respecto a su eje vertical, y ella misma se mantiene estable. Sirve para medir la orientación en el espacio de un vehículo, pero también sirve para mantener o modificar dicha orientación.
Tremulis no descartó el coche giroscópico
Si bien Ford descartó el Ford Gyron por el elevado coste del sistema giroscópico de autoestabilización, Alex Tremulis no abandó su idea, incluso después de marcharse de Ford. Así continuó con la idea por su cuenta y terminó construyendo un prototipo de girocoche funcional.
Junto con Thomas O. Summers junior, que desarrolló el giroscopio del coche, y fabricado por Troutman and Barnes, carroceros de carreras, en 1967 presentó el Gyro-X, un coche giroscópico de dos ruedas autoestabilizado por un giroscopio hidráulico de 51 cm de diámetro, que giraba a 6.000 rpm, y desarrollaba 1.762,5 Nm de par de giro.
El Gyro-X tenía un diseño aerodinámico y estrecho, pero no era tan espectacular y futurista como el Ford Gyron. Medía 4,72 m de largo y pesaba muy poco, solo 839 kg, a costa de tener solo una plaza, y parecer más una moto que un coche. Tenía también ruedines para cuando estaba parado. Su motor era de 80 caballos, pero podía alcanzar los 201 km/h. Lo podéis ver en movimiento en esta grabación casera de la época.
Hoy en día, medio siglo después, hay quien retoma la idea de un vehículo de dos ruedas autoestabilizado. Tal vez os suene la Lit Motors C1, de la que os hemos hablado alguna vez ya. Se trata de una moto eléctrica con cabina y puertas autoestabilizada por... Giroscopio (y funciona, como no podía ser de otra manera).
Para terminar podéis ver este vídeo con el modelo original de Alex Tremulis de 1956 del Ford Gyron, una pequeña maqueta de 55 cm de largo que se subastó en 2012, y que con ciertas modificaciones, culminó en el Ford Gyron a escala 1:1 que vemos en las fotografías que acompañan este artículo. Era sin duda un diseño muy sugerente.
Vídeo | Thrustcycle - YouTube, Wright - Vimeo En Motorpasión Futuro | Así iba a ser el coche del futuro