Me duele escribir esto, pero por lo visto, el nuevo Honda Civic Type-R es un corderito disfrazado de lobo. O por lo menos eso es lo que afirman en dos revistas especializadas (Car Magazine y Autocar) que han tenido la oportunidad de probarlo.
Según ellos, el aumento de potencia de sólo un caballo respecto a la anterior generación es un simple espejismo, ya que la dinámica del coche hace que sea menos divertido de conducir. Uno de los principales motivos de esto es la sustitución de la suspensión trasera, pasando ahora a ser por barra de torsión, que le dota de mayor comodidad pero que le hace perder dinamismo.
Así mismo, el nuevo motor V-TEC no rinde lo esperado, ya que para apreciar sensación de velocidad, hay que exprimirlo hasta el límite de sus revoluciones (8.000 rpm).
Una lástima que un coche tan sumamente bonito y espectacular quede ridiculizado por su generación anterior. Habrá que hacerle una prueba para comprobarlo. ¿Algún voluntario?
Vía | Autoblog en español
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