El fabricante sueco Volvo ha anunciado recientemente que ha adquirido el cien por cien de Polestar, la compañía de preparaciones de misma nacionalidad, que se encargaba hasta ahora de dar ciertos retoques a los modelos de la casa. A partir de este momento, al estilo de Mercedes-AMG, la marca Polestar se usará para denominar los modelos de altas prestaciones de Volvo.
Si bien no se han hecho públicos los detalles del acuerdo, Volvo ha afirmado que los empleados de Polestar, con quien llevan trabajando mano a mano desde 1996 en el mundo de la competición, pasarán a ser asalariados de Volvo. Eso sí, el equipo de carreras Polestar se mantendrá independiente (y cambiará nombre), bajo el mando de Christian Dahl, dueño de la compañía.
"Estamos extremadamente satisfechos con la manera en que el negocio de preparaciones de Volvo ha evolucionado. Pero somos un equipo de competición antes que nada. Esta es una oportunidad para volver a poner toda nuestra atención en el centro de nuestro negocio, desarrollar y correr con Volvo de carreras", afirma Dahl.
Este año la firma sueca estima vender unas 750 versiones Polestar de los V60 y S60 a nivel mundial, aunque las expectativas a medio plazo suponen aumentar esta cifra hasta los 1.000 ó 1.500 coches anuales. Quizá uno de los aspectos más interesantes de esta fusión es que Polestar tendrá acceso a los sistemas híbridos enchufables de Volvo, que tomará como base para crear deportivos de próxima generación.
"Hemos decidido ofrecer la experiencia de conducir un Volvo Polestar a más conductores Volvo, poniendo todos nuestros recursos en el desarrollo de Polestar como nombre para las variantes de altas prestaciones de Volvo", afirma el presidente de Volvo Cars, Håkan Samuelsson.
