En ocasiones, los coches que vemos desfilar por el universo rusopasiono son, más que artefactos de otra galaxia, puras obras de arte. Bien, si lo pensamos seriamente puede que en el caso de hoy nos encontremos ante una de esas obras de arte que parecen salidas de otra galaxia: puro cubismo cristal, ininteligible para el común de los mortales, evidente para quienes entienden la lógica que los rige.
Así que nada, si visitáis estos días algún museo en el que se encuentre alguna parte de la obra más compleja de Picasso (sí, como el Citroën) o sus correligionarios artísticos y echáis en falta un coche, sabed que quizá lo encontréis vagando por esas tierras que semana a semana nos hacen exclamar: ¡Esto es RuзуaPaзуФи™!
¡Un saludo para Antonio!