Puede que habitualmente encuentres algo de atasco de camino al trabajo o a la vuelta de vacaciones, y a veces incluso lo suficiente como para que llegues a perder la paciencia, pero te aseguramos que nuestros atascos son cosa de niños, sobre todo después de ver cómo se las gastan en China, donde recientemente se ha generado un atasco de más de 100 kilómetros en las inmediaciones de Pekín, a la vuelta de vacaciones.
Con ocasión de las festividad nacional, millones de personas se desplazaron la pasada semana por todo el país, pero el problema concreto por el que surgió esta salvaje congestión fue un cuello de botella tras un peaje. De los 50 carriles disponibles de entrada al peaje, se pasaba después a menos de la mitad, con el consiguiente atascazo monumental que podemos ver en vídeo.
De este material grabado con dron podemos sacar varias conclusiones. La polución es para asustarse (¿o será niebla?). En China gustan los coches blancos. El que ideó ese cuello de botella es un genio. Y por último, ojalá nunca nos toque vivir un atasco semejante. ¡Vaya tela!
