En febrero, Tesla inició la adquisición de Maxwell Technologies -un fabricante de baterías especializado en el almacenamiento y suministro de energía- por más de 200 millones de dólares con el objetivo de conseguir una mejora significativa en el rendimiento de las celdas de batería que usa la compañía de coches eléctricos.
Tras unos meses de formalidades, Tesla ha anunciado que se ha completado finalmente la adquisición de Maxwell.
Un impulso a la densidad de las baterías de Tesla
El fabricante de automóviles está transfiriendo acciones por un valor de poco más de 235 millones de dólares para tomar el control de la compañía, y según explica la cabecera Electrek podría estar detrás de la propiedad intelectual de Maxwell.
La operación ha finalizado con el intercambio de 36,7 millones de acciones de Maxwell, lo que representan el 79 % de su capital. El resto de acciones serán consideradas ajenas al acuerdo y no tendrán derecho a recibir la misma valoración dada por Tesla.
Maxwell’s 3-volt XP small cells are designed for use in emergency lighting, backup systems, #telematics, #robotics and #SmartMeters. Dive into the details: https://t.co/i0p3xmMJCW pic.twitter.com/8GBSm1Tdg8
— Maxwell Technologies (@Maxwell_Tech) 29 de marzo de 2019
Esta compañía, también con sede en California, es conocida por desarrollar y producir ultracondensadores, que capturan y liberan rápidamente grandes cantidades de energía almacenada entre dos placas cargadas. Tesla podría estar más interesada en la tecnología de electrodos secos en la que también está trabajando Maxwell.
Maxwell afirma que su tecnología de electrodos secos permite una densidad de energía de más de 300 Wh/kg en las celdas de prueba actuales y que ven factible llegar a más de 500 Wh/kg. Para hacernos una idea, las baterías de un Tesla Model 3 cuentan con una densidad energética de 272 Wh/Litro, con sus celdas produciendo alrededor de 207 Wh/Kg.
Lo cierto es que algunos analistas ven un futuro prometedor en esta adquisición: la tecnología de Maxwell se podría aplicar en la industria automotriz, para la estabilización de la red y servicios auxiliares y sobre todo para que Tesla mejore la densidad de energía de sus baterías, cuyo proveedor estrella es Panasonic.