Sí, han nominado a Elon Musk al Nobel de la Paz, porque casi cualquiera puede ser candidato. Hitler, Stalin o Trump, por ejemplo

Sí, han nominado a Elon Musk al Nobel de la Paz, porque casi cualquiera puede ser candidato. Hitler, Stalin o Trump, por ejemplo
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Elon Musk, dueño y señor de Tesla y Twitter, ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz. Como lo lees. Siendo justos tampoco es que encaje en otra de las seis categorías de este famoso galardón.

Lo ha propuesto un miembro del parlamento de Noruega: con su cargo puede hacerlo. ¿El motivo? Ser un activo defensor de la libertad de expresión. Argumento algo descafeinado si tenemos en cuenta los últimos galardonados con este premio. Aunque hay de todo.

¿Un referente en la libertad de expresión?

Marius Nilsen, miembro del Partido del Progreso noruego de centro-derecha, es quien ha nominado a Elon Musk por por su "firme defensa del diálogo, la libertad de expresión y la posibilidad de expresar las opiniones propias" en un "mundo cada vez más polarizado".

Aunque también ha dado otras razones, por ejemplo "aumentar el conocimiento tanto de la Tierra como del espacio, además de permitir la comunicación y la conectividad a nivel global". Según Nilsen esto último ha ayudado a que nuestro mundo sea "un lugar más conectado y seguro".

Elon Musk

Al Nobel puede nominar hasta un profesor de universidad. El caso es que, según los criterios del Premio Nobel de la Paz, Nilsen tiene potestad para que la candidatura de Musk sea tomada en cuenta. Entre los criterios para poder nominar el primero es precisamente pertenecer a "asambleas o gobiernos nacionales", como el caso de Nilsen.

También pueden hacerlo profesores de universidad, además de antiguos galardonados con el premio, miembros de la Corte Internacional de Justicia de La Haya o miembros actuales o eméritos del propio comité del Premio Nobel Noruego. Sí, este premio es del país escandinavo así que Nilsen juega en casa.

Es decir que miles de personas pueden nominar a los candidatos sin pertenecer al comité del galardón y sin afiliación alguna al mismo. Lo reconoce la propia organización del Premio Nobel en su web.

Libertad de expresión, depende. Y los derechos laborales ya tal. Musk, dueño de Twitter desde hace poco más de un año, tomó las riendas de esta red social para acabar con la censura. Lo dijo no pocas veces. Así, al poco de llegar al cargo, quitó el veto a perfiles como el de Donald Trump, bloqueado previamente tras su campaña de desinformación durante las elecciones presidenciales que perdió contra Joe Biden.

Pero la libertad de expresión de Musk va por barrios: es sabido que ha bloqueado o amenazado con demandar a líderes de opinión que han sido críticos con él o a cuentas que no se alineaban con sus ideas políticas. Por no mencionar que tres meses después de ser el dueño de Twitter despidió a un 83 % de la plantilla de la que fue la red social del pajarito.

Él se define a sí mismo como "absolutista de la libertad de expresión" que ya es algo incongruente. También lo fue al hacer una encuesta para que los twitteros decidieran si debía seguir en el cargo y, tras una mayoría dando el sí, ignorarlo.

Más allá de su batalla con qué se puede decir o no en Twitter, Musk no se ha caracterizado precisamente por defender los derechos humanos. Concretamente los de los trabajadores de Tesla: la compañía ha recibido varias demandas de ex empleados y lleva varios meses topándose de cara contra el sindicalismo sueco por no querer firmar el convenio colectivo de los mecánicos de la marca. Un convenio por el que se rigen en Suecia los profesionales de este sector, pero no en sus servicios postventa.

Tampoco le va a temblar el pulso ni un poco para despedir a trabajadores de la marca este año ante la previsión de menores beneficios. Algo que adelantó a sus accionistas durante la presentación de los resultados económicos de 2023.

De Mandela a Hitler. El Premio Nobel de la Paz ha sido otorgado a ilustres defensores de los derechos humanos como Nelson Mandela. Los dos últimos galardonados han sido dos activistas: Ales Bialiatski (2022), por su titánico trabajo documentando crímenes de guerra, abusos de los derechos humanos y el abuso de poder; y Narges Mohammadi (2023), otro defensor de los derechos humanos que fue premiado por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán.

Pero entre sus nominados también hemos encontrado nada menos que a Joseph Stalin (1945 y 1948) o Adolf Hitler (1939). Sí, dos dictadores con no pocas muertes a sus espaldas. Y echando la vista a un pasado muy reciente, Vladimir Putin fue nominado en 2020, antes de su cruzada contra Ucrania, claro.

A ninguno de estos tres aspirantes se le otorgó el galardón de todas formas. Y lo mismo se aplica para Musk: que esté nominado no significa que vaya a ganarlo.

Foto de Motorpasión generada por dreamstudio.ai.

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