Los chicos de la empresa de seguridad Promon no han inventado nada, pero han demostrado que bajarse la típica aplicación que nos ofrece hamburguesas por la cara no es una buena idea, ya que nos puede costar un disgusto. Por ejemplo, un Tesla Model S que hayamos aparcado para recargar y que puede ser robado mientras nosotros estamos buscando hamburguesas que no existen.
Y si no son hamburguesas, cualquier cosa. Será por aplicaciones que nos piden permisos de lo más extraños... Lo complicado con un Model S, y quien dice Model S dice cualquier coche de ahora en adelante, es que el mismo móvil que utilizamos para jugar al Candy Crush lo utilizamos (o utilizaremos) para abrir el coche, ponerlo en marcha y largarnos. Y sí, eso mismo hicieron de forma ilegal los tipos de Promon, con el coche de uno de ellos.
Evidentemente, para robar el coche primero los hackers tenían que entrar en el teléfono del dueño del coche. En este caso convencieron al dueño del Tesla con una aplicación de código malicioso, o malware. Crearon un hotspot Wi-Fi gratuito y abierto cerca de una estación de recarga de Tesla, que ofrecía una hamburguesa gratis a los propietarios de Tesla que descargaran una aplicación especial. De ahí al botoncito fácil de "instalar", la obtención de permisos y... voilà, los hackers entraron hasta la cocina del Tesla, una vez que pudieron obtener la contraseña de la aplicación que permite a los dueños de estos coches acceder a ellos a través del teléfono.
Cómo robar un Tesla con la promesa de una hamburguesa gratis
Dos moralejas básicas y una pregunta imprescindible:
- Ojo con los hotspots Wi-Fi gratuitos, que nadie regala nada.
- Ojo con las aplicaciones gratuitas de corte raruno, que lo mismo.
- Tío, ¿te vendes por una hamburguesa? ¿Teniendo un Tesla en el garaje?
No es el primero ni será el último caso
Llevamos ya años oyendo hablar sobre el hackeo de coches (véase el carro de enlaces que hay al final, para más información), y, si bien los fabricantes están poniendo todo su empeño en conseguir que sus sistemas sean más y más seguros, al final el eslabón más débil puede acabar siendo el mismo propietario del vehículo.
Este de Tesla no es el primer caso que conocemos sobre cómo robar un coche con la ayuda de la tecnología actual. Desgraciadamente, seguro que no será el último. Siempre que ha habido una cerradura ha existido una ganzúa, pero por eso precisamente conviene recordar que las llaves de los coches ya no tienen pinta de llave de castillo, y empiezan a ser aplicaciones móviles que son útiles, pero que conviene saber utilizar. Esto irá a más. Ahora es cuando toca reaprender.
Igual que no metemos las llaves del coche en una bolsa llena de grasa animal, o no deberíamos, quizá meter la aplicación que abre un coche en un smartphone que está plagado de grasa en forma de aplicaciones chufo no sea una buena idea.
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