Coches deportivos hay muchos, coches fascinantes pocos, y coches que sean históricos con sólo 10 años de vida los podemos contar con los dedos de las manos y los pies. Ese es el caso del Maserati MC12, un pariente bastante próximo del Ferrari Enzo, que significó el retorno de Maserati a la competición después de 37 años de ausencia.
Sólo existen 50 MC12 producidos entre 2004 y 2005, pero si no te parecen lo suficientemente exclusivos siempre puedes recurrir como en este caso a Edo Competition para que conviertan tu joya un vehículo de más de un millón de euros. Y es que este italiano tan discreto está a la venta en Calgary (Canadá) a un precio de casi 1.800.000 euros.
Hace ya más de 10 años para poder correr en bajo el reglamento FIA GT, cada fabricante debía homologar y vender un número mínimo de vehículos, por eso en su día, sólo se colocaron 50 unidades a un público cuidadosamente seleccionado a un precio de 600.000 euros. Ahora, una de esas pocas unidades sale a la venta, pero no es una cualquiera, sino una muy especial que ha pasado por las manos del prestigioso preparador alemán Edo Competition.
Exteriormente destaca la combinación de colores utilizada entre naranja fluorescente y blanco. Un look muy de carreras que es una mezcla a medio camino entre el coche homologado para la calle y los deportivos de carreras. El enorme alerón trasero, las pequeñas aletas de los laterales o el enorme difusor trasero son herencia directa del Maserati MC12 Corsa. No es precisamente un coche con el que pasar desapercibido para ir a hacer la compra, pero ¿a quién le importa cuando tienes dos millones para gastarte en un vehículo así?
Las manos de Edo Competición no se han quedado en un simple trabajo de pintura, sino que han tocado el propulsor de 12 cilindros en uve del Enzo para alcanzar los 840 CV a 8.500 rpm, un incremento de superior a los 200 CV con respecto al motor de serie.
Entregando toda esa fuerza a las ruedas traseras es capaz de detener el crono del 0-100 km/h en sólo 3,2 segundos, superar los 200 km/h en 9 segundos y los 300 km/h sólo 10 segundos más tarde. Unas cifras de infarto acompañadas por la melodía de una aguja que ahora podría ser capaz de viajar hasta las 9.300 rpm.
Para conseguir estas cifras no se ha recurrido al típico turbo, sino que el trabajo de actualización y puesta a punto ha sido minucioso y de la manera tradicional. Se ha trabajado en las cámaras de combustión para afinar su funcionamiento, los muelles de las válvulas son nuevos para soportar el nuevo régimen máximo y tanto las válvulas como las bielas son más ligeras.
Con unos nuevos filtros de aire, inyectores de mayor caudal y una línea de escape completa hecha a medida en acero inoxidable el V12 respira más desahogado y tiene que sonar como las trompetas de los ángeles.
A nivel dinámico también se han implementado un nuevo equipo de frenos con cuatro discos carbonocerámicos encerrados dentro de unas llantas forjadas monotuerca fabricadas por Edo Competición, acabadas en blanco y con el flanco a juego con el resto de la carrocería.
Algo me dice que en este caso alguien sí que se lo ha pasado bien con este coche, no como aquellos kilómetro cero de la subasta Mecum.
