Hace unos días hablamos sobre aquellos puntos básicos en los que nos deberíamos fijar a la hora de cambiar la batería de nuestro coche, una operación sencilla por la que no hace falta pasar por el taller y que todo conductor tarde o temprano tendría que enfrentar. Pero hay más.
Las baterías pueden ser de varios tipos diferentes en función de sus características y/o propósitos, así que vamos a definir las clases de baterías más comunes que se utilizan en los coches actuales.
Baterías de celdas húmedas
Los coches y cualquier automóvil de combustión necesita de una inyección de electricidad para arrancar su motor. Para conseguirlo es necesario contar con una reserva eléctrica que en nuestro caso es una batería que, a su vez, será recargada con el funcionamiento del propio motor térmico una vez en marcha.
Las baterías utilizadas en los coches suelen ser de 12V y, en general, de plomo. Este invento nació en 1859 de la mano del inventor galo Gaston Planté. La Jamais Contente de 1899, el primer coche en superar los 100 km/h, era eléctrico y utilizó las baterías de plomo para impulsarse.
En el interior de la batería se encierran en celdas una serie de placas de plomo con polaridad positiva y negativa (alternadas) que están sumergidas en un líquido compuesto por una solución de ácido sulfúrico. La descomposición de las placas sulfato de plomo y los electrones intercambiados generan la corriente eléctrica por un circuito externo.
Después de décadas de desarrollo y amortización de una tecnología tan básica, las baterías de celdas húmedas se han convertido en la forma de almacenamiento de energía para los coches más extendida y más barata de todas.
Baterías de calcio
Pese a tener un funcionamiento similar a las baterías de celdas húmedas de toda la vida, las baterías de calcio son una alternativa que incluso empieza a ser prometedora para almacenar la energía en los coches eléctricos.
Este tipo de baterías utilizan unas rejillas especiales fabricadas con una aleación de calcio-plata sumergidas en electrolito de agua-ácido. Con esta combinación esta variante ofrece algunas características que las hacen especialmente interesantes como un menor desgaste por corrosión, mantienen un mayor nivel de potencia y se ven menos afectadas por las altas temperaturas, ofreciendo una vida útil superior tanto en uso como en almacenamiento ya que su autodescarga es muy inferior.
Pero también tienen algunos inconvenientes porque su precio es evidentemente más alto que una batería convencional. También necesitan unas tensiones de carga superiores, siendo aptas sólo para coches modernos con alternadores potentes y cargadores capaces de mantener una tensión entre 14,4 y 14,8V.
Baterías VRLA
Un tipo de baterías más avanzado son las VRLA por las siglas en inglés de baterías de plomo-ácido reguladas mediante válvulas. Estas válvulas se encierran en el interior de la batería, regulando un circuito de electrolito presurizado que se utiliza para evitar la pérdida de fluidos.
Dentro de las baterías con válvulas se encuentran dos subtipos. Por un lado están las baterías conocidas como de gel ya que utilizan un ácido gelificado y por otro están las baterías AGM, que utilizan separaciones de fibra de vidrio para las celdas manteniendo el electrolito estable generando resistencias internas muy bajas. En ambos casos las placas usadas son de plomo.
Estos dos tipos de baterías son especialmente populares en el mundo de las caravanas, autocaravanas y camperizaciones ya que tienen una buena capacidad para resistir descargas lentas y prolongadas de bajo consumo. En cambio se desaconsejan como baterías de arranque en coches porque son sensibles a las altas temperaturas que se alcanzan en el vano del motor.
Baterías de iones de litio
La reacción electroquímica reversible entre ánodo y cátodo en las baterías Li-Ion se consigue mediante un electrolito de sal de litio. Principalmente la gran ventaja de las baterías de litio es que son más ligeras que las baterías que utilizan el plomo, por lo que su utilización es la que se ha generalizado para el desarrollo de los coches eléctricos y electrificados equipados con paquetes de baterías de gran tamaño.
También cuentan con una eficiencia mejor para la recarga que las baterías de plomo y sus ciclos de vida son muy superiores debido a un reducido efecto memoria, pero también tienen grandes inconvenientes como un coste muy elevado, tanto a nivel económico como ambiental, se degradan con rapidez y son sensibles a las temperaturas elevadas.
Baterías de ciclo profundo
Las baterías de ciclo profundo son acumuladores de energía capaces de retener grandes cantidades de electricidad y dosificarla durante un periodo prolongado, siendo especialmente indicadas para usos que requieren una batería que sea resistente a descargas completas, como puede ocurrir en una embarcación o en los coches eléctricos de los campos de golf.
Este tipo de baterías cuenta en su interior con placas más gruesas de lo normal para poder almacenar más electricidad, pero son mucho más sensibles a la autodescarga.