Movilidad eléctrica y coche autónomo son los dos grandes conceptos que vemos en casi todas las marcas en este Salón de Ginebra. Después del Volkswagen I.D. VIZZION, le toca el turno al Renault EZ-GO. La marca francesa lo describe como un coche-robot, único y especialmente creado para el transporte público o privado en entornos urbanos. Es decir, hablamos de un coche autónomo, eléctrico y destinado en prioridad a los servicios de car-sharing.
El Renault EZ-GO es tanto un coche como un servicio. La propiuesta de este concepr car es la de un coche eléctrico y autónomo de nivel 4 que sería compartido por sus usuarios. El EZ-GO permitiría a los usuarios desplazarse desde un punto identificado, como una parada, o geolocalizado vía una app. Dicho de otro modo, es un servicio de taxi autónomo.
Una alternativa al transporte público de masas
La propia Renault reconoce que su propuesta es una alternativa al autobús y al metro. Asocia la libertad y la comodidad de los coches particulares con la eficacia y seguridad de los transportes públicos. En términos de seguridad, el metro es uno de los ganadores. Y en términos de eficacia, no tengo muy claro que el autobús sea un referente, ya que está sometido a los imprevistos del tráfico de una gran ciudad.
A bordo, Renault ha creado un interior propicio para que los pocos pasajeros se relajen y disfruten de las vistas de la ciudad, ya que la mayor parte de la carrocería es una cristalera. Según la marca, esa transparencia hace que compartir un espacio tan reducido como el habitáculo de un coche con desconocidos sea más cómodo para los pasajeros.
Para Renault la seguridad del EZ-GO es lo más importante. Así, la amplia plataforma frontal permite hacer entrar y salir del coche con total seguridad, lejos del tráfico y con una luz que indica dodne se va a desplegar la plataforma.
Además, EZ-GO tiene una velocidad máxima de 50 km/h y equipa la dirección a las cuatro ruedas 4Control que tanto hace por la agilidad de los Renault más deportivos, como el nuevo Mégane RS. Por último, Renault ha previsto un protocolo de seguridad en el que el coche se pone a salvo en caso de incidente excepcional.