Los japoneses se toman muy en serio lo del transporte público. En Hiroshima se restableció en solo tres días el servicio del tranvía después de la explosión de la bomba atómica del 6 de agosto de 1945 (08:15). Fue un tramo, en una sola dirección. En un mes, tres tramos. En octubre ya funcionaba todo de nuevo.
En el mismo lugar, en la actualidad, el tranvía y el automóvil quieren tener más en común. Mazda, con sede en esa ciudad, probará un Atenza (Mazda6 por estos lares) denominado ASV-5, un prototipo. Es capaz de comunicarse con los tranvías para evitar accidentes, a través de ondas de 700 MHz y demás sensores.
Solo en Hiroshima el tranvía mueve a 150.000 personas al día. Puedo dar fe de que son puntuales, ágiles, y con un exquisito trato por parte de los empleados, pues me monté en uno. Mazda colabora con la Todai (Universidad de Tokio), la Hiroshima Electric Railway Co. y el Laboratorio Nacional de Seguridad Vial y Medio Ambiente del Gobierno japonés.
El objetivo de esta investigación es reducir la posibilidad de accidente entre los vehículos y los tranvías. No solo resulta muy útil para Japón, también en el viejo continente, donde aún se utiliza este medio de transporte y algunos sitios intentan recuperarlos (el caso de Parla y Jaén van aparte).
¿Cómo detecta el Atenza ASV-5 a los tranvías? Es una combinación de ondas de radio, sensores de microondas (alta frecuencia) y milimétricas (baja frecuencia), así como cámaras de visión artificial. El coche informa de su dirección, uso de intermitentes y de freno. Entiendo que también puede alertar al conductor del tranvía.
Vuelta extra en Hiroshima
Por último, permitidme un breve espacio de comentario estrictamente personal. Si alguna vez vais a Hiroshima, hay tres puntos de visita obligatoria. El Museo de Mazda, cómo no. El A-Dome hay que verlo, el memorial a las víctimas y el museo, que os cambiarán mucho la cabeza. En un plano más distendido, la isla de Miyajima que hay en la bahía de la ciudad.