Que dentro de unos años la movilidad va a cambiar es una realidad, pero mientras tanto los conductores nos solemos quejar de que la transición hacia los coches eléctricos no se puede hacer sin una infraestructura adecuada que lo soporte y facilite los desplazamientos de media y larga distancia en vehículos de cero emisiones.
Las electrolineras están en auge al mismo tiempo que las gasolineras tradicionales ven cómo hay una fuerte presión sobre ellas para que empiecen a modificar su modelo de negocio y ofrecer también enchufes donde poder recargar las baterías. Por eso la petrolera Shell ha dado el primer paso y ha comprado NewMotion en un claro acercamiento hacia un futuro más sostenible.
Shell hace movimiento significativo por un importe secreto
La empresa holandesa NewMotion es actualmente la poseedora de la red más amplia de puntos de recarga a nivel europeo con 30.000 enchufes propios repartidos por toda Europa Occidental y con acceso a 50.000 más con los que tiene un acuerdo de colaboración para dar servicio a 100.000 usuarios.
De momento esta compañía (como ocurre en diversas compañías del sector como Tesla) presenta unas cuentas deficitarias 3,9 millones de euros en 2016 con una facturación de 12,9 millones de euros. Por iniciativa propia de ambas empresas no se ha revelado el importe por el que se cerrará transacción.
Las petroleras necesitan cambiar su modelo de negocio
Desvincularse de los combustibles fósiles es una cuestión de tiempo y, les guste o no, las petroleras tendrán que renovar su oferta en las estaciones de servicio. Con esta adquisición, con la experiencia, la infraestructura y la tecnología de NewMotion, Shell se va a preparar para satisfacer la creciente necesidad de abastecimiento eléctrico a los automóviles.
Según la información recogida por Reuters, no se han detallado aún los planes de Shell, si empezarán a incluir puntos de recarga en sus establecimientos habituales o si además empezarán a usar infraestructuras específicas. Lo que sí han asegurado es que serán ofertas complementarias que funcionarán en paralelo y que "por el momento no hay planes para integrar los dos servicios", aseguraba Matthew Tipper, vicepresidente de nuevos combustibles de Shell.
Pero no es una iniciativa ajena a la compañía, ya que Royal Dutch Shell está instalando desde hace algún tiempo puntos de recarga en estaciones de servicio de Gran Bretaña, Holanda, Noruega y Filipinas, algunos de los países con mayor demanda en la actualidad. Además, Shell estima que en 2040 un cuarto de todos los coches del mundo serán eléctricos.
Mirando hacia el futuro, Morgan Stanley estima que en 2030 sólo en Europa Occidental habrá entre 1 y 3 millones de puntos de recarga públicos, una cifra que contrasta fuertemente con los 100.000 puntos que hay hoy por hoy. Como mínimo, esta red debería multiplicarse por 10 durante los próximos 10 años para cumplir los objetivos.
En la misma línea de Shell, BP anunció el pasado mes de agosto que está en conversaciones con los fabricantes de vehículos eléctricos para ofrecerles puntos de carga en sus estaciones de servicio, mientras que la propia NewMotion llegó a un acuerdo con Total para abastecer a los vehículos eléctricos de sus trabajadores.
