El verano es la época de mayor demanda de exámenes de conducir, y los examinadores lo saben. Por eso, si tienes pensado presentarte en las próximas semanas, lo vas a tener algo más complicado. La Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), ante la falta de respuesta por parte de la DGT, ha convocado hoy una huelga de larga duración.
Asextra ha convocado huelga todos los lunes, martes y miércoles hasta el 31 de julio, de manera que tan solo dos días a la semana se examinará con normalidad. Ante la escasez, la DGT se plantea la posible incorporación de personal de tropa y marinería al puesto de examinador. ¿Supondrá esta nueva protesta un colapso tal y como se auguraba?
Ante la escasez, militares como examinadores
A pesar de las reuniones con el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, la huelga no se desconvocó, puesto que ninguna de las peticiones fue atendida. Entre ellas se encuentra la escasez de plantilla, unos 700, 200 menos que antes de los recortes, según sus propios datos, y la continua fuga de funcionarios por las condiciones que se imponen desde la administración.
Tampoco se ha llegado a un acuerdo en relación con los complementos retributivos ni en la mejora de las condiciones de seguridad a la hora de entregar los resultados. La anterior convocatoria, que tuvo lugar el pasado 2 de junio, obligó según los representantes de los trabajadores a suspender 7.000 pruebas prácticas.
Tal y como refleja el comunicado de Asextra, "no se formuló ninguna propuesta que solucionara alguno de los problemas planteados por el colectivo examinador, mucho menos la subida del complemento específico, prometido desde hace años". Y no solo eso, durante la reunión se comunicó la posible incorporación de personal de tropa y marinería al puesto de examinador.
Según fuentes de Asextra, las plazas que podrían ser cubiertas por este personal militar podría estar en unas "300 como poco".
La Confederación Nacional de Autoescuelas ya propuso en 2016 poner a examinar a los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, aunque fuera sólo en las aulas del examen teórico y en las pruebas de circuito cerrado.
La carestía de examinadores es solo la punta de un iceberg que esconde muchos factores: amenazas, coacciones, reivindicaciones salariales, calidad de la formación. Por su parte, la CNAE ya disparó las alarmas ante un déficit de examinadores de la DGT que este mismo verano podría llevar al colapso el sistema de Formación Vial en España.
Florecen así las consecuencias de que no existan regulaciones para que el alumno, antes de convertirse en aspirante, reciba una formación de calidad, la inelasticidad de la demanda del permiso de conducir y las condiciones de inseguridad en las que trabajan los examinadores. La huelga es la punta de un profundo iceberg.
Vía | El País
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