Ayer los griegos votaron a partidos pro-euro más que a los partidarios de volver al dracma y separarse de la Unión. Eso ha sido calificado por la mayoría de los periódicos como un “respiro” o “alivio” para la Unión Europea, que de momento evita la ruptura de la zona euro. Es una buena noticia.
¿Qué tiene que ver la decisión de las urnas en Grecia con los fabricantes? Más de lo que pensamos. El mercado del viejo continente está en claro declive, las matriculaciones llevan cayendo 5 años, no es solamente un problema local español. Es una bomba que está afectando a muchos fabricantes en Europa.
Por ejemplo, Opel lleva dando pérdidas en Europa desde 1999. Para Fiat, la previsión más optimista es no crecer o subir un tímido 1%. Renault-Nissan cree que es el peor momento. Ford tiene enormes pérdidas y recorta producción en Alemania y Bélgica, ¿qué es lo que pasa?
Diagnóstico de la crisis en Europa
Los problemas son básicamente estos:
- Crisis de deuda: financiarse es difícil
- Caída de matriculaciones: Europa se estanca debido a la crisis
- Exceso de capacidad: el tejido productor europeo está dimensionado para una demanda muy superior, según IHS Automotive, Europa Occidental puede fabricar 2 millones de unidades más al año de las que produce ahora
- Los gobiernos están de lo suyo y no ofrecen programas de estímulo
Hace pocos años varios países en Europa animaron las matriculaciones dando ayudas por comprar un coche nuevo y a cambio mandar al desguace uno viejo o con muchos kilómetros. La medida funcionó en Gran Bretaña, Francia, España, Alemania, etc. Plantearse ahora esas medidas, en plena austeridad, es complicado.
Víctimas de la crisis, dos fábricas han cerrado, General Motors echó el candado en Amberes (Bélgica) y Fiat cerró Termini-Imerese (Italia, aunque ya está en manos de otro fabricante extranjero). En España nos tenemos que acordar del cierre de Santana, que se fabricaba en Linares (Jaén), o el culebrón de Saab. La crisis está en todas partes.
Sin duda alguna, si se incentiva a los europeos a comprar coches nuevos, los resultados serán mejores o no serán peores, pero eso va contra la corriente establecida: austeridad, es decir, reducir el gasto público. Pero los europeos también necesitan confianza en la economía antes de ese desembolso, pasa lo mismo que pasa en España.
En nuestro país la situación a nivel fábricas no es especialmente mala, porque los dueños de las mismas están contentos con su competitividad, ya hablemos de PSA Vigo, SEAT en Martorell, GM en Figueruelas, etc. Dependemos en >80% de la exportación, por lo que si Europa se resfría, también tosemos en la piel de toro.
Nuestro mercado interno no ve el momento de levantar cabeza, se venden la mitad de los coches que se vendían en los años de bonanza y hay una demanda latente a la espera de mejores tiempos. Si los griegos permanecene en el euro, al menos, la cosa no va a peor, por pocos coches que se vendan allí.
Sergio Marchionne (Fiat) pronosticó que la caída del euro implicaría que las ventas de la UE bajarían de 10 millones al año, mientras que en 2011 hubo 13,6 millones de unidades vendidas. Eso habría significado un batacazo del -35%, un número que asusta en un territorio tan grande.
En el recuerdo, la crisis de Norteamérica en 2008
Hagamos un poco de memoria, una de las últimas medidas del Gobierno de Bush fue establecer un millonario rescate para los tres grandes fabricantes nacionales: General Motors, Chrysler y Ford. Aunque la marca del óvalo azul acabó rechazando la ayuda y recuperarse por su cuenta, los otros dos necesitaron dicho rescate.
General Motors se declaró en bancarrota, y se separó la empresa en dos trozos, lo útil y lo tóxico (Motors Liquidation Corp). Finalmente salieron del bache y han dado hasta beneficios, pero el contribuyente de EEUU —y Canadá— pagó muy caro dicho rescate. Haberles dejado caer habría sido peor: una catástrofe.
Por su parte, Chrysler fue comprada por Fiat, un cadáver solo unos años antes, y ahora es un grupo muy potente. Es posible que algún que otro fabricante europeo necesite un rescate, es un sector muy importante como para dejarlo caer, como los bancos. La luz al final del túnel aún no se puede ver.
Vía | Automotive News